Como hacía a veces

Vuelve tu recuerdo al costado del invierno
vestida la mirada de escarcha y frutos nuevos.

Amanecí —sería ayer— lejos de los siglos,
de los espejos y de los libros,
con una perezosa rutina de horas quietas.

Miraba los cuadros colgados de las paredes,
el mar sonaba como hacía a veces
en la atalaya de tus pies dormidos.

Quise detener el tiempo y no pude;
hordas de lluvia clamaban,
como aventurados caballos por playas
desabrigadas; no pude.

Vuelves con tu recuerdo y sin abrigo
—los pies desnudos—
a la escasa luz blanca de este enero tardío
que abriga, a orillas de las alfombras.

Yo sigo esperando
tras la ternura de los espejos,
donde el mar suena como hacía a veces…



@mariajesusberistain

A tientas

A tientas la vida
de la mano de la muerte,

Una niña bebe agua de un charco,
nieva sangre sobre sus ojos.

La tierra se descompone
entre el lodo y el odio
porque hay dioses menores
con alas de hierro
asestando golpes de luz
por los parques vacíos.

¿También los dioses derrotados
sentirán miedo a la hora de morir?

—me pregunta—

¡Qué triste sentir misericordia
mirando a una niña a los ojos!

Sonrío, llorando en silencio…

Confío en que veamos cruzar los ríos y los mares del mundo a los dioses menores derrotados
con sus lóbregas sombras, alargadas, contemplando cabizbajos su propia nada.



Texto inspirado en el libro Los dioses derrotados de Pedro J. De la Peña



El jardín era sombra

 

Fotografía de mi amada prima Elena Gurruchaga Beristain,
fallecida el pasado día 7 de marzo – D.E.P.


Yo recuerdo tus ojos

cuando hablabas del aire,
porque el cielo venteaba en tus pupilas.

Yo recuerdo tus manos —hace frío—
arropándome al lecho como trozos
de hielo enamorado.

La luz era contigo
más clara,
la alegría en tu boca era tu boca,
y el jardín era sombra porque cuando decías
jugad en el jardín
nos cubrías de un tenue perfume de enramada.


Autor: Jose Agustín Goytisolo

El Buen Aire

«A nadie no digas
que ya no me buscas,
si a mí me preguntan
diré que vendrás.»

Pulsar sobre la flecha para escuchar la música.


Tango

Presentimiento.
Hay distancias que acercan,
y miradas a media luz;
pasión enmascarada.

Arrogante y seductor
me abrazas, jugando a ganador.
Juego contigo.

Tu cuerpo me acerca a tu boca
que, sin tocarme, me besa.
Te evito.

Un presagio arrabalero
me envuelve a golpe de giro.
¡Duele!

La milonga, insurgente,
me arrima a tu pulso;
vuelo de bandoneón
tu vientre vencido.

Remordimiento.

Torbellino delirante de amor.
¡Maldición!
Perpetua condena al reproche.


Caricia del Buen Aire.
No sé cómo curarme de ti
y seguir mi camino…


Música: Tango Santa María – Gotan Proyect
@mjberistain

Insomnios

Publicado inicialmente en 2016, actualizo esta entrada a propósito de la Exposición de Soledad Sevilla en San Sebastián
Sala Kubo, hasta final del mes de mayo.



Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
Tú por tu sueño, por el mar, las naves
.

En cárceles de espacio, aéreas llaves
te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
que alce hasta ti las alas de mis aves
.

Saber que duermes tú, cierta, segura
—cauce fiel de abandono, línea pura—
tan cerca de mis brazos maniatados
.

Qué pavorosa esclavitud de isleño,
yo, insomne, loco, en los acantilados,
las naves por el mar, tú por tu sueño
.


Autor: Gerardo Diego

Pincha sobre este enlace para ver obra de Soledad Sevilla


Acuarela doble

Desearás recordar conmigo el viaje por el valle,
el camino recorrido de los hoteles a la ruina,
el tiempo derramado, los tiempos en el muro
y en el escueto paisaje de los cuadros.

Porque has regresado a la casa de entonces
por una calle de templos y museos:
apenas un rostro en un cristal, un árbol en el parque
y una nueva destreza que las manos confirman.

No soy un sueño ni un ruido en la noche,
ni una dama dormida que abraza al enemigo.
Soy una tenue sombra, un día inesperado.

Y tú, otra sombra impaciente sobre el muro,
un hombre recreando una carta de amor sin más empeño
que el de evocar una lección de geografía.


Recreación de un poema de C. Pérez Uralde

¿Quién mató al mar de aral?

Ayer asistí a una Tertulia Poética. Cada día me sorprende la vida con nuevos datos que quizá debería de re-conocer y ocurre que no. Es cierto que la región del globo terráqueo a la que se refiere el prólogo del libro de Miguel Angel Yusta «Postludio» escrito por Valentín Martín está lejos de mis destinos preferidos, por lo que la información relacionada no entra en los algoritmos que baraja internet para tenerme actualizada. Así es que debo de aceptar mi desconocimiento y dedicarme a documentarme a propósito, lo que me permite un mayor disfrute del contenido del libro que tengo entre manos.

Dice en el prólogo Valentín Martín: «El autor del libro entra en los tiempos con los ojos abiertos y vivos, dejando un rastro de corresponsal de la guerra que vivió, de la paz que vivió, de los soles y sombras que vivió, sin saber muy bien si está entre los vencedores o los vencidos.«


Hay un mar que se muere
Metáfora del hombre que destruye,
enajenado, el mundo.

Aral, antaño hermoso,
lleno de vida, barcos y alegría,
hoy símbolo de muerte y destrucción.

Ni por treinta monedas tan siquiera.

El hombre se ha vendido
solo por baratijas y espejismos
y navega cegado hacia la Estigia

Los pájaros vigilan en la noche
insomnes sobre horas desmayadas.
mientras, en el olvido,
yacen cansados gritos de ceniza.
El tiempo se disfraza de fantasma
junto a los cuerpos y las almas rotas
liberados al fin de servidumbres.

Diluido el dolor, la soledad es cierta.


Agotar el secreto de las horas
con el bello Cuarteto de Beethoven,
cuando la vibración de los sonidos
estremece el silencio.
Contemplar en penumbra
la liquida mirada de unos ojos,
inmenso mar de notas enlazadas
donde navega el fuego.
Regresar al contacto
de huellas y certeza
con manos que dibujan cadencias y deseos
mientras, sobre el compás, muere la tarde.


No me canso de ti ni del sonido
que forman las palabras
con que tejes mis sueños.

Es como caminar por una estela
donde sembraste lunas
en tardes apacibles de silencio y miradas.



«el poeta, en fin, deja que de su herida en el costado crezcan árboles
con suave gorjeo en las alturas de los sueños…«


Tertulia Poética en FNAC organizada por TRANSVERSORES.
Ponentes Miguel Ángel Yusta, Amparo Baró y Eugenio Mateo

Antes de que sea tarde

Instantes que pueden traicionarnos,
un viaje al sol
la lucha entre el bien y el mal

Toma mi lugar en la confrontación
observaré con mirada piadosa
y, humilde, pediré perdón
Un ruego más allá de ti y de mi

Corazón y alma, uno arderá

Un abismo que permaneció tras la creación
Cimientos que permanecieron tras todas las eras
ahora desgarrados en sus raíces
Más allá de todo este bien está el terror
el apretón de manos de un mercenario
Cuando la violencia vuelve por una buena razón
Es inútil regresar a la última posición

Corazón y alma, uno arderá

Buena existencia, ¿qué importa?
Yo existo en los mejores términos que puedo
El pasado es ahora parte de mi futuro
El presente, inalcanzable

Corazón y alma, uno arderá


Autor: Ian Curtis

Aldebarán*


Esta noche he visto brillar a Aldebarán
al noroeste de mis sueños.

Que no se vayan las palabras
hoy te lo digo, que no se pierdan
desorientadas en el ruido de los océanos.

Que las verdades hace mucho tiempo
andaban confundidas en la oscuridad
entre tantas letras sin destino.

Dónde estaba la senda de los pájaros ¿recuerdas?
dónde el canto del colibrí que giraba
en torno a nuestra casa, ¿a dónde se fueron todos?

¿Dónde se escondieron la palabra abrazo, boca,
ojos, manos, dónde deseo, dónde alegría
entre tantas letras sin destino?

Un dia las palabras y las estrellas
nos dejarán. Es verdad. Partirán con sus cuentos
y su luz hacia constelaciones nuevas.

Pero te digo que, esta noche de frío de final de enero,
he visto brillar a Aldebarán al noroeste de mis sueños.



(*) Aldebarán: La estrella más brillante de la constelación de Tauro

Fotografía tomada del blog elojoenelcielo.blogspot.com
Basado en un poema del blog labancarrotadelcirco.wordpress.com


Alquézar (Paisajes ocultos)


Fantasmas perdidos en un sueño que dejó de soñarse no se sabe ya cuándo… El destino tal vez consista en eso: ser una sombra más de un retrato de grupo, en el que nadie sepa qué estamos mirando, ni por qué mantenemos esa sonrisa tonta.


Me acerqué al rio con un violento deseo, sus orillas abrazaron mi cuerpo y, sin más tiempo para pedir ayuda, me fui al fondo de la noche.


Es extraño. Si trato de recordar el fuego de las noches sagradas, un verano violento —como cualquier verano—, con su luna de sangre y crepitar de brasas, recuerdo esa violencia y la felicidad, recuerdo el fuego, pero aquí no está el fuego, aunque yo sé que ardía en esas noches…


En el amor no había nada distinto al resto de las cosas, pero sí era distinto ese juego violento al que apostar la vida, y que a veces movía las estrellas, la luz de la conciencia, y al que hoy sigo jugando, y en él me va la vida.


Ya se durmió la sangre vida arriba. Soledad de futuro, sin futuro. Ya tus palabras hablan de ti de aquello que soñabas, y en el más allá de ti sueñan contigo.


Hay un lugar en medio de la Luz donde se reconstruyen las ruinas de este mundo. Y un acorde que logra convertir las edades y las sangres vertidas en un preciso artefacto melodioso. Hay un número en donde está reunido lo disperso, y una llave que cierra las puertas tenebrosas. Existe una moneda suficiente para el pago de todos nuestros sueños. Una flor de metal que vive para siempre, y un verso que arrastra la esperanza al primer día.


Textos Carlos Marzal (extractos)

El malecón

Despiertas madrugadas de bahías
dormidas.

Te haces añicos en las sienes
de los planetas.

Te multiplicas en espejos
de furiosas espumas blancas
como cántico de agua exhausta.

¿Cuál es tu mensaje, Madre?

Si las gaviotas de tiza
se han borrado de los mapas
y solo quedan rastros gangrenados
del mundo, mientras escribimos
en la arena las notas más negras
de una sinfonía para un futuro discordante.


@mariajesusberistain
Fotografía Mikel Gardey

A orillas de mi sien

Mi casa está destartalada
miro al cielo y la luna se deshace
entre flecos primerizos del día

Las flores de la terraza están mustias
repiten su dogma de sopor
frente al miedo a morir sin amor

Me cuesta traspasar la línea opaca
del horizonte, mis ojos pálidos
cruzan caóticos, líneas en sombra

Inquietud vertical de espejos rotos
dibujan el desamparo de la luz
difusa y a veces indescifrable

A orillas de mi sien tus manos
sucesivo silencio de relojes
de arena; tu rostro, reconocible.


@mjberistain

La construcción de un sueño

Siempre hay tiempo para un sueño.

Siempre es tiempo de dejarse llevar
por una pasión que nos arrastre hacia el deseo.

Siempre es posible encontrar la fuerza
necesaria para alzar el vuelo y dirigirse hacia
lo alto.

Y es allí, y solo allí, en la altura, donde
podemos desplegar nuestras alas en toda su
extensión.

Solo allí, en lo más alto de nosotros mismos,
en lo más profundo de nuestras inquietudes,
podremos separar los brazos, y volar.

Autora Dulce Chacón


Racimos de enigmas

Paisajes, racimos de enigmas palpitantes,
las cosas duermen unas al lado de las otras,
duermen y hablan en sueños, el viento ha soplado entre ellas
y lo que hablan en su sueño lo dice el viento lunar al rozarlas,
el viento profiere formas que respiran y giran,
las cosas se oyen al hablar y se asombran al oírse,
el viento las une y las separa y las une,
juega con ellas, las deshace y las rehace,
inventa otras cosas nunca vistas ni oídas,
formas insólitas y cambiantes de las pasiones,
constelaciones del deseo, la cólera, el amor,
figuras de encuentros y de despedidas…

Racimos de enigmas palpitantes.


Octavio Paz
imagen de internet

Amar lo gris

Me instalo en esta tarde tranquila
sin afán de nada,
esta tarde tranquila en la que amar
lo gris, lo no tan brusco ni glorioso;
perderme en mi interior sin ambiciones
asumir la penumbra y deslizarme.

Reflexiono en mi cuarto
mientras parece innecesaria
cualquier exaltación.

Me concentro en la absoluta calma,
solo escucho los ruidos de casa conocidos,
me miro los dedos de los pies.

Es solo el tiempo lento, el oleaje
que me eleva despacio hacia mí mismo,
un dejarme arrastrar por la marea.

Existir, todo y nada,
ese instante tan mío que ahora habito.

Extractado de Setiembre 27
Autor Vicente Gallego

Permanencia


La hierba luminosa deja crecer el aliento de otros seres,
árboles, flores silvestres, pájaros, nosotros…

Silencio
miradas detenidas
palabras calladas
lenguaje único
una paz atmosférica
alcanzando el cielo.

La piedra del camino,
el cuerpo quieto
y el corazón ambulante
que busca una salida,
grietas…
al abrazo de otra piedra.

¿Qué significa una grieta?
¿Tendrán alma las piedras?

Desciendo hasta el fondo de los años
en ilusión de permanencia…


@mjberistain

¡Quién pudiera!


De acuerdo con la teoría de Platón
las plantas experimentan sensaciones y deseos…

¡Naturaleza, qué bien logras afuera
lo que quisiera, adentro, lograr el alma:
la tranquila plenitud,
exuberante y secreta,
la abundancia justa, la pluralidad segura!

Mi espíritu ha de ser como tú,

Naturaleza, igual a ti
en perezosa magia,
en apretada riqueza,
en retenido aliento.

Naturaleza, mi espíritu ha de tener,
como tú,
el hastío bellísimo de las cosas plenas!

.

Autor: Tomás Segovia
fotografía@mjberistain


Hoy no he visto el mar

Hoy…
No he visto el mar…

Mis ojos
vigías horadantes,
mis ojos avizores
en la noche
de los astrales mundos;

mis ojos errabundos
amigos del vértigo
del abismo;

mis ojos
vagabundos
hoy…
no han visto el mar,

Ni a estas horas mecen mis sueños
sus silencios,
sus sirenas,
sus cóleras,
sus himnos;
su erótica quejumbre…

Hoy… no he visto el mar.


(basado en poema de L.de Greiff)


publicado originalmente en 2016

Despierta

Despierta al día que llega, despierta.
Se alza del sueño con la luz del alba.

Te multiplicas en mil espejos.
Ya no eres aquella mujer
de mirada borrosa
salpicada la frente de oscuridad.

Despierta al día que llega,
despierta con la luz del alba
de la noche como un palacio
de silencio sin ventanas,
despierta de los bosques,
de los hayedos y de los musgos,
despierta del laberinto de lunas,
que es dulce el amor
en tu copa de sombras.

La luz del día borrará
la gravilla de los caminos
y las heridas de tus pies descalzos.

@mjberistain2022

La lágrima de un sueño

La Luz existía
más allá de mí misma, y tan lejos…

El silencio perdido entre mis ropas,
me miraba el mar desde sus espejos;
estrellas en la noche plateada.
Conocía su cuerpo, su desnudo
bajo sus pies de agua.

El silencio perdido entre mis ropas,
el amor en olvido sobre la playa
donde la luna clavaba sus anclas.
Abandonamos allí algunos sueños
bajo sus pies de agua.

Noche
quiero entrar en tu alma.

Para mis palabras quiero
destellos y ráfagas de locura
y la tinta antigua de los poetas
para mis palabras quiero
y para mis silencios,
que dibujaré un borrón en el tiempo
parecido a la lágrima de un sueño.



Inspirado en obra de E. Pardos publicada en el Blog TRIANARTS