Venías

Venías, ave, corazón, de vuelo,
venías por los líquidos más altos
donde duermen la luz y las salivas
en la penumbra azul de tu garganta.

Ibas, que voy
de vuelo, apártalos, volando
a ras de los albores más tempranos.

Sentirte así venir como la sangre,
de golpe, ave, corazón, sentirme,
sentirte al fin llegar, entrar, entrarme,
ligera como la luz, alborearme.

Autor: Jose Ángel Valente
Imagen internet


En el espejo

En el espejo se borró tu imagen. No te veía cuando me miraba…

El cuerpo del amor se vuelve transparente, usado como fuera por las manos. Tiene capas de tiempo y húmedos, demorados depósitos de luz. Su espejo es la memoria donde ardía. Venir a tí, cuerpo, mi cuerpo, donde mi cuerpo está dormido en todas sus salivas. En esta noche, cuerpo, iluminada hacia el centro de tí, no busca el alba, no amanece el cantor.

Siembras palabras y responden ecos, ecos de ecos en la bóveda incierta de la desolación. Daría todo el aire por un grito, la posesión del reino por un solo gemido…

Y TÚ, ¿de qué lado de mi cuerpo estabas, alma, que no me socorrías?

J.A. Valente