Agua

Toma este vaso de agua clara que da miedo al contemplarla
tan transparente, tan temblorosa, tan sencilla,

Toca su cuerpo de miedo y bésalo, entra en él y escucha
la risa centelleante en los lunares tan próximos a su sexo.

Abre la puerta de la vida, audacia será la llave, no cobardía
ni estéril recuerdo, ni siquiera olvido adulador.

Camina por sus calles cuando arrecie la lluvia y cuelguen
de las paredes su rendición las banderas blancas.

Que ya secará el sol el miedo a este pequeño amor.


(Variaciones sobre poema de Claudio Rodriguez)

Quién podría decir…

¿Quién podría decir que es suya su voz
que es suyo el viento,
suya, la luz, el canto de las aves
en el que esplende cada primavera, más cuando
llega la noche y en los chopos arde
tan peligrosamente retenida?

¡Que todo acabe aquí, que todo acabe
de una vez para siempre!

La flor vive tan bella porque vive poco tiempo
y, sin embargo, cómo se da, unánime,
dejando de ser flor y convirtiéndose
en ímpetu de entrega…


Fragmento de Claudio Rodriguez
Imagen Acrílico de Marivi Nebreda