Maria Victoria Atencia

Hablando de… María Victoria Atencia

Escribe en el prólogo de «Ex Libris» el poeta Guillermo Carnero refiriéndose a la evolución de la escritura de la poeta; en su segundo momento creativo.

«Ha desaparecido todo rastro de pensamiento «idílico» …………….

Ha habido importantes transformaciones como son cierta desazón imprecisable, la constatación del transcurso del tiempo, en lo que tiene de pérdida de vida propia, y el predominio de la reflexión ética sobre la contemplación del mundo externo.

Además, existe una persistente ocultación de las motivaciones reales y biográficas, que dan razón de mayor calidad y elaboración literaria (no en cuanto a manipulaciones retóricas, sino a una elaboración intuitiva que realiza la sensibilidad en una labor de connotación de referentes biográficos que, sin embargo, no van a ser nombrados directamente).

El poema se vuelve breve y sintético, se hace parábola y símbolo.

Así se llega a la clave de la poesía contemporánea —continúa Guillermo Carnero—:

Decirse el autor a sí mismo sin nombrar directamente ni el yo ni su propia historia. El lenguaje romántico es omitido en su manifestación más elemental, presente, sin embargo, en la selección de determinados elementos objetivos desde una perspectiva de resonancias afectivas.

La expresión literaria se ve enriquecida tanto para el autor como para el lector, evitando la reincidencia en los tópicos del lenguaje del yo lírico enfrentado a permanentes cuestiones propias de la existencia humana. Precisamente, la expresión poética existe gracias a la distancia entre esas cuestiones y su formulación indirecta. De la tensión entre decirse y no nombrarse; ese doble juego de fuerzas.

El poema no existiría si el yo del autor no seleccionara intuitivamente los disfraces por medio de los que va a expresarse ocultándose, como tampoco existiría si el recurso a la no subjetividad llevara tan solo a la instalación de un decorado desprovisto de motivaciones personales.


Turner

La pintura de Turner, aunque trágica, me resulta luminosa.

Por otra parte, tengo que reconocer mi admiración por la obra de María Victoria Atencia, su caudal creativo que me remite a los signos y sonidos de otro tiempo.

Recreo aquí la perfecta combinación lograda por esta imagen del pintor y el texto de la poeta.

Hay siempre una galerna en el rincón del lienzo por donde el mar se rompe que nos fuerza a adentrarnos en busca de la vida, aunque después las olas devuelvan nuestros restos contra el embarcadero…

Maria Victoria Atencia