Llevada por su vuelo ella estará
rodeada de asombro y de colores
de orquídeas y de loros y cilantros
igual que en las novelas que leyó.
Al darse cuenta de que no era niña
se posó en una isla del Pacífico
para encontrar sus sueños y encontrarse
con sus sentidos. Y traerá collares
de semillas e ídolos fantásticos
y contará sus estremecimientos
con muchos hombres y fumando opio
y bebiendo infusiones demoníacas
ricas en hierbas y en cortezas áulicas.
Y pensará que toda decadencia
aflige a los demás y no a ella misma
que brilló con fulgor cuando era joven
y olvidará que entonces fue su vida
más luminosa que cualquier viaje
y que era ella una isla deseada.
JOSE AGUSTÍN GOYTISOLO
Imagen: Blanca Machuca