El corazón me decía que sí, que te abriera las puertas de mi futuro, pero mi cabeza, nuevamente dijo que no.
… otra vez tu imagen se adueña de mi respiración!
Mi vida ha entrado en una fase en la que no puedo sino reconocer con resignación que ya no amo ni a las personas ni a las cosas. Sólo amo los residuos de belleza que hay en ellas.
¡Rehúyo el vacío y sin embargo me siento nacer en él!
A él me dirijo como esas olas de color plata y púrpura que barren la exuberante orilla sin pedir nada a cambio, compensadas tan sólo por el unilateral, mudo y milenario placer de la entrega.
Así me encuentro, tan triste y desolada como esa ola que se le arrancó a la playa justo antes de estallar. Pero cuánto te amo no lo sabéis ni tú, ni la ola de color plata y púrpura, ni el mar…
Autor Javier García Sánchez