Una navaja suiza


Admito que soy de las que pocas veces toman un avión para viajar en vacaciones. Normalmente viajo en coche o en autocaravana, me gustan las rutas porque me apasiona la naturaleza en sí misma, y me fascina parar y demorarme en pueblos pequeños y parajes desconocidos, recrearme en sus rincones, hablar con sus gentes, degustar en sus baretos los cocidos y vinos especialidad de sus tierras. Hasta la última vez que tomé un avión viajaba con botas de monte, mochila al hombro, y en ella, como único instrumento necesario, una navaja suiza. Y digo que «hasta el último día que tomé un avión», porque aquél día, uno de los funcionarios responsable de seguridad del aeropuerto me hizo parar al pasar mi equipaje por la zona de control, me miró con cara de pocos amigos y sacó de mi mochila mi preciada navaja suiza. Me la puso delante de la cara, y con un gesto de reproche, se la metió al bolsillo. Aquello me dolió. Supongo que él también había leído la vida de Stephane Breitweiser…


Del Blog de Arena

Stephane Breitweiser robó cerca de doscientas obras de arte. Durante seis años recorrió Europa visitando museos grandes y chicos, iglesias, ferias de arte y casas de subastas, «sustrayendo» pinturas de maestros barrocos como Brueghel, Boucher, Watteau y David Teniers, además de estatuillas de bronce, instrumentos musicales, una cajita de rapé de Napoleón y un huevo de Fabergé,
Breitweiser nació en Alsacia, Francia, en 1971, en una familia acomodada. Nunca tuvo interés en deportes, videojuegos, drogas o alcohol.; su gusto eran los libros de arte y los museos. Sus padres esperaban que fuera abogado pero Stephane desertó de la Universidad después de que ellos se divorciaran.
Por entonces cometió su primer hurto, en el castillo de Gruyeres, Suiza, donde descolgó de la pared y guardó bajo su chaqueta un pequeño paisaje de Wilheim Dietrich. Ahí comenzó su vertiginosa carrera con un robo cada quince días, en promedio, a la vez que trabajaba como mesero en las ciudades por donde iba pasando. Realizaba sus atracos a plena luz del día y jamás usó la violencia. Verificaba las cámaras de seguridad, observaba los guardianes, ubicaba las salidas del edificio; era amable y vestía bien, casi siempre con una chamarra holgada. Solo cargaba una navaja suiza como instrumento.
Conoció y se enamoró de Anne Catherine Kleinklaus y se dedicaron a robar juntos, brincando de un país a otro y formando una pareja eficaz en la que Anne Catherine actuaba como señuelo mientras Stephane se volaba las pinturas. Guardaban los cuadros en casa de su madre, en Mulhouse, Francia, donde ella los protegía en una estancia en penumbras y bien ordenada.
Stephane Breitweiser declaró pocos años después: «Sólo robaba lo que me agitara emocionalmente, lo que me apasionara. Robar por dinero es una estupidez y no vale la pena el riesgo. Yo robaba por amor».
Lo arrestaron en 2001 por un exceso de confianza, cuando trataba de llevarse un clarín del museo Richard Wagner, en Lucerna, Pasó dos meses en prisión mientras las autoridades suizas tramitaban la extradición a Francia. Su mamá, alertada por la novia, tuvo tiempo de deshacerse del tesoro: en un ataque de pánico cortó con tijeras los cuadros y luego los quemó; las estatuillas, la cajita napoleónica y demás objetos los tiró en un canal cercano a su casa. Breitweiser fue sometido a juicio en Francia y condenado a tres años de prisión, su novia a seis meses y su madre a tres años, de los cuales solo cumplió uno. Los celadores de la cárcel decían que Stephane era un tipo arrogante, que se sentía indispensable para el mundo. Un grupo de detectives siguió la pista de algunas pinturas que se salvaron de las tijeras de su madre y también dragaron el canal, logrando recuperar algunas piezas, como el cuadro de Francois Boucher que aparece a continuación.

Francois Boucher

Salió de prisión en 2005, a los 33 años de edad. Joven para empezar una nueva vida. En 2005 publicó una biografía: «Confesiones de un ladrón de arte» donde cuenta con todo detalle los eventos sucedidos y los procedimientos ideales para robar. Defiende también su pasión por el arte, mostrando veneración por algunas pinturas y rechaza que haya lucrado o vendido ninguna obra.Concluye su libro con una frase que, en realidad, no asegura nada: «El asunto de robar arte ya quedó atrás para mí. Ahora llevo una vida aburrida y sin colores».


Imagen de portada Obra de Francois Boucher en el Museo del Prado.
Un recuerdo afectuoso y agradecido a su autor del que lamento no tengo noticias recientes.

COLORES


Alberto Corazón escribe sobre la Pintura de Vicente Verdú

(Extracto)

AZUL – Todo el espacio es azul, el cielo, el mar, el planeta es azul

El azul tiende gradualmente a la disolución del color, nunca llega a perderse, pero puede rozar la línea de lo muy distante, la magnífica pureza de la lontananza.

El azul escapa a nuestras manos para llegar rápidamente a la línea del horizonte. El Azul está ligado a la llegada a la inconsciencia…

BLANCO – El lugar de la pureza. La otra cara de la muerte.

El blanco perfecto puede ser la perfecta imagen de una perfecta crueldad. El blanco se inclina a matar cuando toca… El fin del mundo no será un paisaje de tinieblas sino de un tremendo claror.

De blanco se pinta el pánico, la ausencia total del valor.

NEGRO – Nada se concibe con la ausencia del negro. El negro viene a ser como el asiento fundamental del ser cromático. Sin negro no hay vida.

El blanco mata, el negro procura inmortalidad.

La apropiada ración de uno y otro humaniza.

VERDE – Tiziano soportaba mal el universo de color verde. Cuando representaba los bosques, las forestas lo hacía envolviéndolos en llamas,
representándolos así con los colores negros, rojos…

El verde se desliza, viaja, se pervierte o glorifica, puede decir prácticamente todo.

AMARILLO – Representa al pigmento más altivo y rebelde. El más nervioso e ilegítimo. Muy duro dentro de la comunicación cromática, en donde siempre aparece como una personalidad desobediente, difícil de dominar y de amortiguar su chirrido. Su parecido al oro adultera su esencia. El oro es redondo y señorón mientras el amarillo es vertical y agrede.

Hacia arriba todo es azul o negro, hacia el centro de la Tierra todo es negro o rojo. Lo amarillo sería el equivalente a un precipicio terrenal cuyo vértigo lleva a los despeñamientos del cuerpo.


Ver el documento publicado por la Revista El País «Todos los colores de Vicente Verdú«.

OTEIZA O EL PENSAMIENTO


oteiza o el pensamiento

OTEIZA O EL LENGUAJE

OTEIZA O LA ESCULTURA

OTEIZA EL POETA

Publicado originalmente el 16/8/2017

 
Ayer estuve en Alzuza (Navarra) y me acordé de ti, amigo Vicente.

Mientras recorría su amplio espacio interior bordado con el hierro y la cal de su obra, escuchaba una voz interior parecida a la tuya con un lenguaje universal, como el tuyo, empeñado en la búsqueda de mitos y símbolos, entre las pinturas prehistóricas, para encontrar el origen de nuestra lengua.

Alzuza es un pequeño pueblo encaramado a un alto muy próximo a Elizondo en el valle Egües (Navarra). Allí se encuentra el museo de Oteiza y allí están sus restos y los de la que fue su mujer, enterrados en un rincón. Quedan dos sencillas cruces de madera unidas con sus nombres garabateados como a cuchillo -en una de ellas Jorge; en la otra Itziar-.

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A excepción de la Basílica de Arantzazu, donde logró finalmente imponer sus 14 apóstoles… «creced y multiplicaos», dijo Cristo; lo siento, no me cabían más» —respondió al enojado obispo—, Oteiza vio que se frustraban todos sus proyectos colectivos.

En su libro Quosque Tandem Oteiza recogió su pensamiento en un texto profundo, intenso y ágil. Oteiza propugnó siempre el concepto de educación estética como proyecto integrador para la sociedad y la existencia.

Cada palabra, cada imagen, sacuden la conciencia y arrebatan la posibilidad de huída, no existe otra alternativa que no sea el comportamiento artístico hecho comportamiento cívico en la convivencia con el otro. En su libro se desarrollan temas como:

  • Sus indagaciones poético-linguísticas del origen del euskera en relación con la simbología prehistórica.
  • Su exposición de la superación en nuestro estilo vasco (pre-indoeuropeo) del sentimiento trágico de la vida en comparación con el área latina (indoeuropea).
  • Sus investigaciones en materia semiótica, lieraria, dramática, religiosa, política, cultural,
  • Su amplio conocimiento de la cultura universal (Voltaire, Rimbaud, Mallarmee, Kandisky) en relación a nuestro pensamiento.

Pero sobre todo el mensaje de Oteiza es el de la absoluta necesidad de trabajar en la formación estética del niño y del educador, sugiriendo como objetivo primordial en toda política cultural razonable, el diseño de una adecuada programación didáctica que cree en el niño y en el maestro, la pasión lúdica por imaginar, interrogar y conocer, por interesarse poéticamente por cuanto les rodea, sea la arquitectura de sus pueblos, la historia de sus ciudades, o los múltiples procesos personales de acercamiento e indagación de la realidad que lleva consigo la hermosa aventura del pensamiento.

Fragmento de Julia Otxoa


OTEIZA Y EL ARTE


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Extractado de artículos de prensa. Autores: Jose Luis Barbería, Andoni Batista, Félix Eraña


Jorge Oteiza quedará;
¡todavía no le conocemos! 

Poco tiempo antes de morir un tembloroso Oteiza leyó entre lágrimas: «La vida ya no me sienta bien, siento la dulzura cercana de la muerte, soy viejo, enfermizo, sentimental y llorón y lleno también de violencias que ya no podrían impresionar a nadie»

Al desprenderme de Ella, me he quedado sin familia.
«No tengo a nadie en quien morir…»

Una tumba sencilla con su fecha de nacimiento (1908) junto a la de su mujer Itziar.   Dos humildes cruces de madera unidas por un único palo transversal.

Aquí yacen… ¡No señor, aquí no yacen, de aquí se han ido…!

La muerte no existe, es un cambio de sitio. La vida sirve para morirse. Está clarísimo.

La poesía es lo que no se explica, ni se entiende, ni se puede entender. Es un salir de la vida y encontrar otro sitio, donde estar protegido.
Estar fuera, volando, como un pájaro…

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Oteiza ha sido, además de un gran escultor investigador del racionalismo abstracto y buen poeta, un permanente agitador incendiario…

En estas palabras de recuerdo al hombre, voy a limitarme a extractar algo de su pensamiento en relación con el arte.

Se dedicó a la escultura durante treinta años, aunque reconocía que lo que le interesaba realmente eran los lenguajes, y en lugar de hacer la experiencia con la música, por ejemplo, la hizo con la escultura. Después se pasó al cine, al ballet, al teatro —artes en las que fue fracasando como corresponde a un creador— hasta que se encontró con la poesía.

«La poesía es la expresión en la que me siento más cómodo. Ante la hoja en blanco, esa página que da terror a muchos, que se estremecen, cuando a mí me ocurre todo lo contrario. La poesía es el mejor lenguaje personal, individual, que te define en tu gran soledad. Eres un dios del papel: pones dos palabras y te incendia el cielo de papel. Con la poesía me comunico con algo trascendente, dentro de una gran intimidad.»

«La poesía es el lenguaje que llega más al alma. La Poesía y la Música. La poesía es la música del papel.

Decía…

«La escultura es un lenguaje sordomudo, carísimo, lento y sucesivo…

«La escritura es certificar el fracaso y, aunque el motivo sea la poesía, la conversación tiende a otras reflexiones.

«El verdadero territorio del hombre es el lenguaje.

A la pregunta de «¿Qué es lo que no te invita a seguir viviendo, tú mismo o el mundo?», Oteiza contestaba:

  • Creo que el mundo. El mundo y sus enemigos, porque antes se decía que los enemigos del alma eran tres, mundo, demonio y carne, pues ahora siguen siendo tres también. Los «enemigos» capitales del mundo del poder son tres: la cultura, la educación y la paz. Y por eso el poder les persigue. No hay nada que hacer…

Un día te llamé poeta y te extrañaste

  • Sí, es verdad. Yo no he querido hacer poesía, mi voluntad ha sido distinta de los poetas, yo he querido una autonomía del lenguaje, porque la poesía está en el hombre, en el comportamiento tuyo al querer escribir… Yo he querido escribir, no para los demás y menos por la belleza; yo me he encontrado la imagen, otras veces he hecho unas cuantas, jugando y como un collage, pero a mí no me interesa la rima.

Se habla de la respiración en tu obra poética, nunca has considerado la poesía como un instrumento, sino como un aliento, como una respiración…

¿Te ha curado de la muerte la poesía?

  • De la muerte, no; de la vida, porque la muerte está en la vida…

El hombre concluye en el niño.

«Últimamente pienso en mi infancia, estoy pensando que el niño es la fase más alta de nuestra personalidad, que en el niño no empieza el hombre, que el hombre concluye en el niño. Si hubiera muerto con seis años era en plena madurez, plenamente realizado. Me refiero a los agujeros que hacía en piedra blanca arenisca y que en el vacío redondo que descubría me sentía protegido, era mi tesoro de agujeros, que al recordar de escultor los llamé esculturas de catalejo. Siento que estoy llegando a mi infancia. Mis ideas van desapareciendo y reaparecen al recordarlas en mi infancia más completas y simplificadas. Veo que vivía la naturaleza con una religiosidad estética que perdí con la educación recibida de una fe religiosa supuestamente histórica.

Creo en lo que no existe.

Así una de mis preocupaciones últimas y que utilizaría para negar mis fracasos es demostrar que no he existido…

Breve biografía



fotografía@mjberistain

Yves Klein


ALASTAIR SOOKE*ESPECIAL PARA BBC CULTURE 11/09/2014

Este francés fue un artista, hombre del espectáculo e inventor que creó un tono que nunca había existido antes. ¿Cómo pudo lograrlo?

Un día de verano en 1947, tres muchachos estaban sentados en una playa de Niza en el sur de Francia. Para matar el tiempo, decidieron hacer un juego y repartir el mundo entre ellos. Uno eligió el reino animal, otro el reino de las plantas.

Antes de tumbarse y contemplar el infinito azul del cielo, el tercer joven escogió el reino mineral. Luego, con la alegría de alguien que ha decidido repentinamente qué destino darle a su vida, se dirigió a sus amigos y anunció: «El cielo azul es mi primera obra de arte».

Ese hombre era Yves Klein, a quien el crítico de arte Peter Schjeldahl de la revista estadounidense New Yorker describió en 2010 como «el último artista francés de gran impacto internacional». En un período de creatividad prodigiosa que duró desde 1954 hasta su muerte en 1962, por un tercer ataque cardíaco, a los 34 años, Klein definió el curso del arte occidental.

Lo hizo gracias a su compromiso con el poder espiritualmente edificante del color: dorado, rosa, pero sobre todo azul. De hecho, su devoción cromática era tan profunda que en 1960 patentó un color de su invención, que llamó International Klein Blue (azul Klein internacional, en español). Deslumbrante

Nacido en 1928, hijo de padres pintores, Klein siempre mostró una tendencia por la espectacularidad. Le encantaba la magia así como los rituales arcanos de la mística orden Rosacruz —un movimiento esotérico de origen medieval— cuya influencia se manifestó posteriormente en su trabajo. Después de pasar un año y medio aprendiendo judo en Japón a principios de 1950, finalmente se instaló en París y se dedicó al arte. Su primera exposición de pinturas monocromáticas en varios colores se llevó a cabo en las salas de exhibición de una casa editorial parisina en 1955.

Su corta carrera se caracterizó por la abundancia de gestos radicales, muchas veces con el toque de su talento para el espectáculo. Por ejemplo, para celebrar la inauguración de una exposición individual en 1957 lanzó 1001 globos azules llenos de helio en el distrito de St-Germain-des-Prés de París.

Al año siguiente, hizo una exposición que ahora se conoce como ‘The Void’, que consistía sólo en una galería vacía pero que atrajo a una multitud de 2.500 personas, que tuvo que ser dispersada por la policía.

«Salto al vacío», su famosa fotografía en blanco y negro de 1960, muestra a Klein elevándose desde el parapeto de un edificio como un superhombre. Y como todos los actos de magia, la fotografía es en realidad un truco en el que la lona que en realidad sostenía a Klein no se ve.

Tal vez su performance más notorio tuvo lugar en marzo de 1960, en la inauguración de su exposición «Antropometrías de la Época Azul» en París. En esa ocasión Klein apareció ante el público vestido con un frac blanco, dirigiendo a tres modelos desnudas que se cubrían con una pintura azul pegajosa.

Mientras tanto, nueve músicos tocaban su Sinfonía monótona-silencio, que consistía en una sola nota interpretada durante 20 minutos, seguida por otros 20 minutos de silencio. Los cuerpos de las modelos pintadas eran impresos en un lienzo blanco, lo que Klein describió como «pinceles vivientes».

«El genio de Klein es cada vez más evidente», dice Catherine Wood, curadora de arte contemporáneo y performance del conocido museo londinense Tate Modern. «Ha sido tildado por algunos historiadores de arte como un charlatán o, debido al uso que hacía de modelos desnudas, como convencional y sexista, pero sus estrategias eran juguetonamente críticas y han adquirido una influencia significativa para las nuevas generaciones, Se podría decir que era un bromista crítico como Duchamp».

Ampliando el espectro

A pesar de su influencia en el arte conceptual, Klein estaba más preocupado por el color. En 1956, mientras estaba de vacaciones en Niza, hizo experimentos con un aglutinante polimérico para preservar la luminiscencia y la textura en polvo de un pigmento ultramarino en crudo todavía inestable, su patentado International Klein Blue (IKB) en 1960.

En 1957 Klein inauguró una exposición en Milán, que incluía 11 pinturas monocromáticas azules sin enmarcar, que marcó el comienzo de su «Revolución Azul». A partir de este momento el francés empezó a incorporar el IKB en todo tipo de objetos, como esponjas, globos y bustos de Venus. Incluso sus ‘pinceles vivientes’ sumergieron su carne en el IKB.

Los historiadores de arte siguen debatiendo la importancia del azul ultramarino de Klein. Para algunos, representa una ruptura con la abstracción llena de angustia, tan popular después de la Segunda Guerra Mundial. Las pinturas monocromáticas planas en blanco, pintadas mecánicamente utilizando un rodillo, parecían repeler el arte expresionista.

Para otros expertos las pinturas monocromáticas sin profundidad de Klein y la obsesión con ‘el vacío’ son expresiones de la amenaza de un holocausto nuclear. «Es absolutamente necesario darse cuenta de que, sin exageración alguna, vivimos en la era atómica», dijo Klein una vez, «En la que toda la materia física puede desaparecer de la noche a la mañana para dejar su lugar a lo que podemos imaginar como lo más abstracto».

Como el artista dijo una vez: «Al principio no hay nada, luego hay un profundo vacío y después de eso una profundidad azul».

Sin duda, sus pinturas monocromáticas ricas y radiantes comparten una característica singular: todas tienen una calidad vertiginosa que parece que nos succiona de la realidad hacia otra dimensión inmaterial. Mirarlas es comparable a meditar bajo un cielo azul profundo, algo que Klein quizás intuyó cuando era joven, en esa playa de Niza en 1947.

«De todos los colores que utilizó Klein, el azul ultramar se convirtió en el más importante. A diferencia de muchos otros colores, que crean bloqueos opacos, el azul ultramar reluce y brilla, aparentemente abriéndose a reinos inmateriales. Las pinturas monocromáticas azules de Klein no son pinturas, sino experiencias, pasadizos que conducen hacia el vacío», explica Kerry Brougher, curador de la gran retrospectiva Yves Klein: With the Void, Full Powers, en el Museo Hirshhorn de Washington DC, en 2010.



*Alastair Sooke es crítico de arte de The Daily Telegraph. Escribe ampliamente pero no exclusivamente sobre arte moderno y contemporáneo y escribe y presenta documentales en televisión y radio para la BBC.

Puedes leer la nota original en inglés en BBC Culture


Turner


La pintura de Turner, aunque trágica, me resulta luminosa.

Por otra parte, tengo que reconocer mi admiración por la obra de María Victoria Atencia, su caudal creativo que me remite a los signos y sonidos de otro tiempo.

Recreo aquí la perfecta combinación lograda por esta imagen del pintor y el texto de la poeta.

Hay siempre una galerna en el rincón del lienzo por donde el mar se rompe que nos fuerza a adentrarnos en busca de la vida, aunque después las olas devuelvan nuestros restos contra el embarcadero…

Maria Victoria Atencia

 


Chillida, Materia y Luz


He buscado y he hallado cosas, valores o temas como la tolerancia, el diálogo con la luz, el aroma de las piedras, la luz negra… en el espacio sin tiempo de Chillida Leku y en los materiales con los que el Artista materializaba su obra.

Acero, Granito, Hierro, Yeso, Alabastro, Madera, Tierra, Tinta negra, Papel

Oxidación, Exfoliación, Humectación

Espacio, Tiempo, Materia, Espíritu, Resonancia, Gravedad, Límite, Vacío

Sueño, Utopía, Unión, Intuición,

Paz, Tolerancia, Fraternidad, Libertad

Caserío, Hogar, Raíces, Interior, Frondosidad, Escuchar, Viento, Luz

Y la música…

de Vivaldi, Mozart y especialmente de Bach, que muestran su relación con la armonía, el ritmo y el sonido.


Pulsar sobre cualquiera de las imágenes para verlas con mayor detalle

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Alabastro

COMPENETRACIÓN ENTRE LUZ Y ESCULTURA, ENTRE LUZ Y ARQUITECTURA
EN LA OBRA DE CHILLIDA EL ALABASTRO ES EL MATERIAL QUE ACOGE LA LUZ Y PERMITE QUE ÉSTA SE MUESTRE DE FORMA TRASCENDENTAL.

En Gurutz (Cruz) Chillida excava el alabastro hacia adentro
haciendo que la cruz se materialice en el vacío.

Tras experimentar con materias de su tierra natal como la madera y el hierro, el alabastro le condujo a Chillida a elaborar obras más luminosas y diáfanas. Se convertiría en la materia perfecta para captar la «luz oscura» que él identificaba con el mar Cantábrico. Frente a la luz blanca, fuerte, vibrante y cristalina del mármol, el alabastro transmitía una sombría luminosidad, una luz neblinosa y húmeda, más cercana a la luz negra propia del País Vasco.

El mar Cantábrico, un mar encrespado, con oleajes frenéticos y tonalidades grises y plomizas.

En lo translúcido la luminosidad parecía emerger del interior de la piedra
como si, retenida en lo más profundo, irradiase de la propia materia.



Más allá, lo profundo es el aire


Este verso de su gran amigo el poeta Jorge Guillén (Cántico), conecta con el Artista que lo interpreta y lo trabajará en su obra como «vacío»

en su primera escultura en alabastro titulada «Mendi huts» (montaña vacía)

en el interior del granito respetando, por contraste, su exterior rugoso natural.

en la contraposición de lleno y vacío de su escultura titulada «Buscando la luz» (en sentido físico, poético y espiritual)

en su proyecto irrealizado en la montaña Tindaya en Fuerteventura.

«Su espacio interior no sería visible desde fuera, pero los que penetraran en su corazón verían la luz del sol y de la luna, dentro de una montaña vacía volcada al mar, y al horizonte, inalcanzable, necesario, inexistente»

Sus palabras…

me siento como un árbol que está adecuado en su territorio, pero con los brazos abiertos al mundo

forjar un hierro es luchar contra él

doy mayor valor al conocer que al conocimiento

necesito el peso para rebelarme contra él

prefiero esculpir antes que modelar, las esculturas brotan del yeso seco

tengo las manos de ayer, me faltan las de mañana

Consciente de que la materia iba hacia abajo por ley natural, intuía que el espíritu iba hacia arriba, trabajaba la idea de dar ligereza a las voluminosas masas de piedra o acero dotándolas de una espiritualidad que las elevara por encima de su ser.


Fotografía @mjberistain
Apuntes de la Guía General de Chillida Leku

Arte en el Mesón de Cuenca


El Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca celebra este año el cincuenta aniversario de su apertura el 1 de Julio de 1966.

El Museo está instalado en el Antiguo Mesón Casas Colgadas en Cuenca.

Alfred H. Barr, fundador y director del primer museo de arte moderno del mundo, el MoMa de Nueva York lo definió como «el pequeño museo más bello del mundo».

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The Huffington Post

El Museo fue creado por Fernando Zóbel junto con sus amigos Gustavo Torner y Gerardo Rueda en 1966. En él encontramos, además, obras de otros artistas como Miralles, Feito, De Labra, Chillida, Tàpies, Basterrechea, Oteiza, y otr@s.

“El sentido efímero es perfecto: ocurre y desaparece.Eso no se había dado en la plástica hasta el siglo XX y es un experimento que me interesa muchísimo, porque muchas veces me pesa la acumulación de elementos y de objetos. El que la instalación se produzca en un tiempo y un espacio y después ya solamente quede el recuerdo le añade una poética llena de sugerencia.” Soledad Sevilla.

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La exposición consta de tres partes:

Un conjunto de doce salas que permiten la rotación lenta de obras.

Fernando Zóbel además de su obra artística desarrolló una amplia labor como mecenas y coleccionista. En esta exposición se muestran lienzos y esculturas, obras sobre papel, maquetas,dibujos, obra gráfica, libros de artista, fotografías y documentos de su colección privada donada a la Fundación Juan March en 1981.

Una sala dedicada a la Obra de Zóbel y Torner que representó a España en la XXXI Bienal de Venecia en 1962. A la que acompañan la  de otros artistas amigos de la época hasta la creación de este museo en 1966.

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Tanto en las obras como en el interior de las salas también está presente
El Lenguaje de la Luz


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«El pasado debe ser transformado por el presente tanto
como el presente es transformado por el pasado».

T.S. Eliot


La mirada del artista

Me he sentido cautivada por la evolución de la pintura de Picasso. Cuando era un joven era un genio del dibujo. Hay que ser muy bueno en lo que uno hace para finalmente llegar a hacer lo que a uno le da la gana con su Arte… Y que el mundo lo siga adorando.

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Destaco pinturas hechas a lo largo de los años a algunas de las mujeres de su vida.

Este fue un retrato de su madre realizado en 1896

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Retrato de la madre del artista
En 1896 Picasso realiza numerosos retratos de los miembros de su familia. El padre, la madre y la hermana se convierten en modelos habituales. Uno de los retratos más hermosos es el que dedica a su madre María Picasso López, con la que siempre estará muy unido. No tardará demasiado tiempo en hacer prevalecer el apellido materno, hasta convertirlo en firma única en la mayor parte de sus obras.

Igual que la mayoría de los dibujos de juventud, éste sigue las corrientes de la sensibilidad de la época y las nociones estéticas que le guían a lo largo de los años de aprendizaje académico.

El retrato capta el momento en que la madre, de perfil, descansa medio adormecida, con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante y los ojos cerrados, recreando una atmósfera plácida. El buen uso de las técnicas del dibujo y la acertada aplicación del color, sobre todo en los reflejos lumínicos del rostro de la mujer y en la textura de la tela de la camisa blanca, realzada por trazos de un blanco álgido, hacen de este retrato una obra destacada del periodo de formación del artista.

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Picasso – Año 1901
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Le rêve – Picasso 1932
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Sylvette – Picasso 1954
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Retrato de Jackeline – Picasso 1962

Pablo Ruiz Picasso (Málaga 1881 – Moulins, Francia 1973) La trascendencia del pintor español Picasso no se agota en la fundación del cubismo, revolucionaria tendencia que rompió definitivamente con la representación tradicional al liquidar la perspectiva y el punto de vista único. A lo largo de su dilatada trayectoria, Pablo Picasso exploró incesantemente nuevos caminos e influyó en todas la facetas del arte del siglo XX, encarnando como ningún otro la inquietud y receptividad del artista contemporáneo. Su total entrega a la labor creadora y su personalidad vitalista, por otra parte, nunca lo alejarían de los problemas de su tiempo; una de sus obras maestras, el Guernica (1937), es la mejor ilustración de su condición de artista comprometido.

Hijo del también artista José Ruiz Blasco, en 1895 se trasladó con su familia a Barcelona, donde el joven pintor se rodeó de un grupo de artistas y literatos, entre los que cabe citar a los pintores Ramón Casas y Santiago Rusiñol, con quienes acostumbraba reunirse en el bar Els Quatre Gats. Entre 1901 y 1904, Pablo Picasso alternó su residencia entre Madrid, Barcelona y París, mientras su pintura entraba en la etapa denominada período azul, fuertemente influida por el simbolismo. En la primavera de 1904, Picasso decidió trasladarse definitivamente a París y establecerse en un estudio en las riberas del Sena.

«Entre 1901 y 1904 Picasso pintó una serie de obras en las que predomina el color azul, un dibujo preciso de figuras humanas distorsionadas y alargadas a la manera de El Greco y unos temas llenos de melancolía, dolor, pobreza y soledad. Es la época azul.

Picasso dijo que “no era suficiente con conocer las obras de un artista. También hay que conocer cuándo las hizo, por qué, cómo, en qué circunstancias…”. Las circunstancias de la época azul comienzan con el suicidio de Carlos Casagema, uno de los amigos más queridos de Picasso. Picasso se traslada poco después a vivir a París, al estudio dónde vivió Casagema e intenta, sin mucho éxito, triunfar en la pintura. Pobre, extranjero, solo, rememorando al amigo muerto, es fácil entender que Picasso se sumiera en la tristeza, que comenzara a ver el lado duro de la vida, la miseria, la soledad, la desesperación. Y que fueran ésos los sentimientos que reflejara en sus cuadros.»

Texto de Elena Romero.

En París hizo amistad, entre otros, con los poetas Guillaume Apollinaire y Max Jacob y con el dramaturgo André Salmon; entre tanto, su pintura experimentó una nueva evolución, caracterizada por una paleta cromática tendente a los colores tierra y rosa (período rosa). Al poco de llegar a París entró en contacto con personalidades periféricas del mundillo artístico y bohemio, como los estadounidenses Leo y Gertrude Stein, o el que sería ya para siempre su marchante, Daniel-Henry Kahnweiler.

«Después de la época azul, Picasso empezó su época rosa. La época rosa empezó en 1904 y duró hasta 1907, cuando él empezó sus experimentos con el cubismo.

«Enseguida, la vida de Picasso cambió y su arte cambió también. Picasso se enamoró de una persona por primera vez, y su humor se aclaró. Encontró, por accidente, a Fernande Olivier, su primera compañera fija durante un largo tiempo. Picasso tendría relaciones con Fernande durante siete años. Ella trajo la belleza y el compañerismo a la vida de Picasso. Él se habría casado con ella, pero ella no le concedió el sí. Fernande ya estaba casada.

Durante este tiempo, Picasso empezó a pintar con colores más humanos y más vivos. Sus pinturas reflejan su júbilo nuevo. Usó colores diferentes y ensanchó su alcance azul. Su alcance nuevo incluyó el rosado, el anaranjado y el rojo. Pintó cuadros tranquilos de colores delicados, abandonando los azules. Las pinturas de esta época rosa son más vivas y líricas que las otras.

Los personajes de las pinturas de Picasso cambiaron también. El conoció y retrató a los miembros del Circo Medrano. Las primeras pinturas de la época rosa son de artistas de circo y sus familias. Estas pinturas muestran una felicidad gentil y delicada. A Picasso le gustó la agilidad y el coraje de los artistas de circo. Pintó muchos cuadros de artistas. El cuadro siguiente, Familia de saltimbanquis con mono (1905), es un ejemplo perfecto de las pinturas de la época rosa. Hay mucho afecto y mucha ternura en la pintura.»

A finales de 1906, Pablo Picasso empezó a trabajar en una composición de gran formato que iba a cambiar el curso del arte del siglo XX: Les demoiselles d’Avignon. En esta obra cumbre confluyeron numerosas influencias, entre las que cabe citar como principales el arte africano e ibérico y elementos tomados de El Greco y Cézanne. Bajo la constante influencia de este último, y en compañía de otro joven pintor, Georges Braque, Pablo Picasso se adentró en una revisión de buena parte de la herencia plástica vigente desde el Renacimiento, especialmente en el ámbito de la representación pictórica del volumen. Las tramas geométricas eliminan la profundidad espacial e introducen el tiempo como dimensión al simultanear diversos puntos de vista: era el inicio del cubismo.

Les demoiselles d'avignonimages
Les demoiselles d’Avignon 1907

Picasso y Braque desarrollaron dicho estilo en una primera fase denominada analítica (1909-1912). En 1912 introdujeron un elemento de flexibilidad en forma de recortes de papel y otros materiales directamente aplicados sobre el lienzo, técnica que denominaron collage. La admisión en el exclusivo círculo del cubismo del pintor español Juan Gris desembocó en la etapa sintética de dicho estilo, marcado por una gama cromática más rica y la multiplicidad matérica(1) y referencial.

Obras de Braque y Gris

Entre 1915 y mediados de la década de 1920, Picasso fue abandonando los rigores del cubismo para adentrarse en una nueva etapa figurativa, en el marco de un reencuentro entre clasicismo y el creciente influjo de lo que el artista denominó sus «orígenes mediterráneos». Pablo Picasso empezó a interesarse por la escultura a raíz de su encuentro en 1928 con el artista catalán Julio González; entre ambos introdujeron importantes innovaciones, como el empleo de hierro forjado.

El estallido de la guerra civil española lo empujó a una mayor concienciación política, fruto de la cual es una de sus obras más universalmente admiradas, el mural de gran tamaño Guernica (1937).

Guernica
Guernica 1937

La reducción al mínimo del cromatismo, el descoyuntamiento de las figuras y su desgarrador simbolismo conforman una impresionante denuncia del bombardeo de la aviación alemana, que el 26 de abril de 1937 arrasó esta población vasca en una acción de apoyo a las tropas franquistas. En 1943 conoció a Françoise Gilot, con la que tendría dos hijos, Claude y Paloma. Tres años más tarde, Pablo Picasso abandonó París para instalarse en Antibes, donde incorporó la cerámica a sus soportes predilectos.

En la década de 1950 realizó numerosas series sobre grandes obras clásicas de la pintura, que reinterpretó a modo de homenaje. En 1961 Pablo Picasso contrajo segundas nupcias con Jacqueline Roque; sería su última relación sentimental de importancia. Convertido ya en una leyenda en vida y en el epítome de la vanguardia, el artista y Jacqueline se retiraron al castillo de Vouvenargues en el sur de Francia, donde el creador continuó trabajando incansablemente hasta el día de su muerte.

(1) Perteneciente o relativo a los materiales utilizados en la obra de arte
Consultado Wikipedia y Biografías y Vidas


Museo Guggenheim


Museo de Arte Contemporáneo
diseñado por el arquitecto canadiense Frank O. Gehry
localizado en Bilbao (País Vasco)
inaugurado en 1997.


Está constituido por formas curvilíneas y retorcidas recubiertas de piedra caliza, cortinas de cristal y planchas de titanio.

El edificio visto desde el río aparenta tener la forma de un barco rindiendo homenaje a la ciudad portuaria en la que se inscribe. Sus paneles brillantes se asemejan a las escamas de un pez recordándonos las influencias de formas orgánicas presentes en muchos de los trabajos de Gehry. Visto desde arriba, sin embargo, el edificio posee la forma de una flor. Para su diseño el equipo de Gehry utilizó intensamente simulaciones por ordenador de las estructuras necesarias para mantener el edificio, consiguiendo unas formas que hubieran sido imposibles de realizar unas pocas décadas antes.

Dentro del aparente desorden de la envolvente, existe un patrón que rige la volumetría. Este es el empleo en todos sus elementos de la máxima curvatura que soporta el titanio. La Gran Sala, también llamada Sala del Pez, se extiende hacia el este hasta acercarse con un puente que atraviesa la ría de Bilbao, el puente de La Salve, una estructura que ya atravesaba el solar antes de la construcción del museo y a la que éste hubo que adaptarse. Tras éste hay una torre que parece ser la continuación del museo y tiene el lado que mira al puente sin revestimiento.

El museo visto desde el este se ve más ingrávido que desde otros lugares, y se pueden observar extraños paralelogramos curvos y torcidos que conforman la sala del pez. Por lo general, las ventanas del edificio tienen formas más racionales. Gehry es el “rey” del contrapunto. Este término viene de otras artes, como la música, y consiste en contrastar cosas muy diferentes colocándolas juntas en el caso de la arquitectura.
El interior del museo es menos complicado que el exterior, pero también tiene elementos curvos. Aunque en general el interior es muy diáfano.

En el centro del hall hay un enorme pilar. Además, hay ascensores, pasarelas y escaleras que comunican las tres plantas. Las formas interiores del hall no siguen las formas geométricas y tiene partes recubiertas de piedra y otras acristaladas. La sala más grande del museo es la Gran Sala, conocida también por el nombre de la sala del pez, por su forma exterior. Es muy alargada y alberga obras artísticas de enorme tamaño. Hay salas con la planta en forma de pétalo. Casi todas las salas del museo tienen lucernarios que dan una luz cenital muy interesante.

Para escoger el revestimiento del Museo Guggenheim de Bilbao, Gehry se fijó en las plumas y escamas de muchos animales. Observó sus fijaciones y la posibilidad de movimiento que dan. Le interesa mucho los animales y los sistemas que usa la naturaleza para cubrir superficies curvas, similares a las del museo. Decidió usar «escamas» rígidas de manera que se montasen unas encima de otras. La diferencia entre el revestimiento usado y la piel de los animales es que la de estos últimos está adaptada al movimiento, mientras que la del edificio no, por lo que ambos sistemas de cubrimiento no son los mismos.

Gehry quiso desde el primer momento que estas piezas fuesen metálicas. Barajó varias posibilidades y finalmente se decantó por hacer las piezas de titanio, un metal bastante caro que contrasta con los materiales económicos usados en sus primeras obras. La aleación definitiva es de cinc y titanio, existiendo una proporción mucho mayor del segundo metal.

Se trata de una chapa cuyo espesor es de un tercio de milímetro y resulta muy manejable. Al ser tan fino, se adapta perfectamente a la curva descrita por el edificio. Cada pieza tiene una forma única y exclusiva al lugar que ocupa.

Información de la Web Oficial del Museo.
Fotografía de cabecera de Texfoto


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Fotografía @mjberistain