El mar de mis dieciseis años era la playa, y los torsos de los chicos desnudos, y mi cuerpo dibujándose bajo la tela mojada como el de una mujer, y la cita para el guateque de por la tarde, y los turbadores escarceos submarinos, y escribir corazones en la arena, y tenderte junto a otro cuerpo bajo el sol. Horas larguísimas, rojas debajo de los párpados.
Y el mar de mis dieciocho años es un libro en mi equipaje siempre a punto. Es un libro que me descubrió el mar en todo lo que me faltaba, en todo lo que yo amaba, en todo lo que me dolía. Es un libro que me hizo creer que estaba enamorada del mar de tanto como me enseñó a añorarlo. Desde entonces a todo lo que echo de menos le llamo mar…
Ana Rossetti
Fotografía Mikel Vega
Precioso!! Y también tiene esta categoría tu blog, me he paseado por el y me has hecho pasar un gran rato.
Saludos
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Gracias por tu compañía. Nos seguimos viendo por aquí. Todo un placer.
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Mi amor por él se trasluce en todo lo que escribo, será porque yo nací en tierra adentro. Ahora no podría dejarlo. Saludos.
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Corazón, tu nombre te delata, y tu escritura… El mar, siempre el mar (dice Mikel Vega, gran amigo y fotógrafo de los rincones de la ciudad que nos vio nacer, San Sebastián). Un beso especial con sabor a salitre.
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Precioso. Ahora que lo sinteticé, sigo. Creo que sabes de mi amor y de mi pasión por el mar; nací a sus orillas y espero estar a sus orillas cuando llegue el momento. si sumo todo el tiempo que he vivido lejos de él creo que puedo llegar a unos cinco años de ciecuenta… un diez por ciento de mi vida… De todos modos, de un modo u otro siempre está aquí, conmigo, en mis escritos o en mis lecturas porque, como en este texto, veo que no soy el único que se siente subyugado por todo lo que significa el mar.
Por cierto, la oración final es magnífica.
Un fuerte abrazo.
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Por encontrarme con Vos en esta locura de «mareas vivas» desde la otra orilla del océano. Gracias
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A ti, querida; a ti. Yo deambulo por estos lares en busca de los contactos amistosos que rara vez encuentro en la realidad (de puro exigente que soy); así que el agradecido, aquí, soy yo.
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Sigue, sigue… que vas muy bien. Puede ser el comienzo de una historia, y si has puesto puntos suspensivos… es que la historia puede continuar, ¿no es así? nos has dejado con ganas de más. Gracias por este bonito comienzo. Un abrazo, y hasta pronto.
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Me alegro de que te haya gustado la entrada hasta los puntos suspensivos… Ahora puedes leerlo completo, había sido un lapsus por un tema de reestructuración del blog. Supongo que hubieras imaginado la continuación, quizás de otra manera por aquello de la creatividad…, pero espero que te guste la continuación… Un abracísimo.
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Juventud, divino tesoro que tiempos aquellos que esos eran nuestros mayores problemas. 😉 Besos.
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Estoy restaurando el blog y estoy teniendo algún problemilla con los comentarios. Lo siento Antonio. Agradezco siempre tu compañía. Tienes razón en que aquellos eran «los problemas gozosos»… de nuestra existencia. Un beso.
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