Carta a Francisco

Querido Papa,

Hoy es San José, el día del Padre. Estamos celebrando la llegada de Akram (*) a nuestra familia.

Han pasado, no meses, sino años desde que lo estamos esperando. Y hoy por fín vivimos la alegría de tenerlo entre nosotros. Akram es un niño que necesitaba unos padres.  Me confunden la cantidad de situaciones que esta criatura puede haber vivido desde el momento en que fue engendrado.

Quizás sus padres no se dieron cuenta, al «pecar», de que estaban concibiendo una vida. Quizás no lo quisieron, pero lo admitieron. Quizás cuando escucharon su llanto dudaron. Quizás ya no están para mimarlo, o quizás no tuvieron más remedio que dejarlo al cuidado de alguien que pudiera alimentarlo…

El caso es que Akram hoy se ha reunido con sus padres adoptivos. Esas personas que responsable y decididamente se ocuparán del niño mientras vivan; de darle calor y cariño, de darle alimento y educación y que, además, compartirán con él sus valores morales.

Francisco, quiero decirte que te admiro. Sé que no es una novedad para tí que alguien te lo diga. Sigo tus pasos desde hace tiempo y tengo muchas cosas que agradecerte. Por primera vez en mi vida necesito hablar directamente contigo, sí, contigo; con el representante de Dios en la tierra. El hecho de que seas tú mi elegido todavía no lo tengo muy claro. Puede que sea la facilidad de comunicarme en mi lengua materna, puede que sea la alegría y la confianza que transmiten tu sonrisa y tu mirada y que animan al diálogo, así, de entrada.

Es innovador que estés compartiendo el cargo de Jefe de Estado con tu antecesor el Papa Benedicto XVI y agradezco la muestra de generosidad por las dos partes.

Algo está cambiando…

Y contigo, querido Papa Francisco en el centro de la Iglesia, tengo la esperanza de que vayamos acercando posturas, los fieles y los curas. (Perdona mi atrevimiento).

Te admiro porque, aunque no te conozco en persona -nunca he estado cerca de ningún Papa antes- ya aprecio tu espiritualidad y tu carácter. Te veo como a un hombre sencillo, de fácil trato con los mortales, ocupado en ofrecer alivio y esperanza a los pobres, a los marginados, a los que sufren…

Te observo comprometido con personas de orígenes distintos e incluso de credos distintos. Nos animas al diálogo con los no creyentes, y nos ayudas a entenderlo cada vez que tú, abiertamente, con tus palabras y tus gestos, siembras la amistad en tus rutas por los pueblos.

Sé que procuras alianzas de alto nivel con los jefes de los gobiernos del mundo, que les reprochas la falta de acción para que la justicia y la igualdad de derechos llegue a los rincones más recónditos del universo, incluso a lo que haya más allá de la estratosfera. Me sorprendieron tus palabras sobre el Big Bang. -Y esto también me parece un avance-.

«la evolución y Dios no son excluyentes, todo lo contrario, van de la mano»

Ví cómo te aplaudía el respeto de los «poderosos», -y eso también me gusta-, porque espero que algún día tus palabras cuajen y sean historia la falta de diálogo, la prepotencia, el no saber escuchar al otro, los prejuicios, la crispación del lenguaje o la descalificación previa. Recuerdo tus palabras:

«Para dialogar hay que saber bajar las defensas,
abrir las puertas de casa
y ofrecer calidez humana»

Pero hoy tengo que pedirte un favor.

Hoy yo te pido que pidas a Dios que nos perdone. Akram ha llegado a una familia de buenas personas. Como te he dicho antes, la decisión de sus padres adoptivos ha sido muy meditada y su compromiso es consecuencia de sus valores morales, de su calidad humana. Ellos, Jesús y Pedro están dispuestos a aportar a la sociedad algo de lo que ellos, tan graciosamente, han recibido de la Vida.

Sé que no estás muy de acuerdo, pero también sé que no te opones a que recemos con distintas palabras, y por eso nos dejas una puerta entreabierta hacia Dios.

«Si una persona busca al Señor y tiene buena voluntad,
¿quién soy yo para juzgarlo?»

Nada más querido Papa.

Deseo que puedas continuar tu pontificado con la gracia de Dios durante mucho tiempo. Estoy convencida de que con tu mediación podremos hacer del mundo algo mejor.

Gracias.

(*) El significado de AKRAM en marroquí es «generoso»
El significado de Kram en sueco es «abrazo»
Podemos interpretar el nombre de A-Kram como «Abrazo generoso»

M.J.Beristain 19/3/2015


 

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