Dame un vaso del dolor
que atenaza
con irónico placer a tu garganta.
Despedaza
el sueño amargo de tu destino
presentido y dame,
dame largamente tu mirada
bañada en rubores
y licuadas nostalgias…
Que la noche nos atrapa
con su dulce dominio
y ya no puedo
evitarte de las ruinas.
Pero ahora…
déjame beber de tu dolor,
muera con él, en este instante a solas,
y te deje
intacta la sonrisa y limpias las palabras.
@mjberistain
Fotografía zienmilmitos