Gota a gota
como una lluvia de verano
atardecido
fueron naciendo estos versos
de aprendiz de poeta
malherido,
pretendiendo
algún puñado de amor;
una caricia,
unos tragos de ternura
o por qué no,
un pellizco de ardor fugitivo.
Codicié tu presencia.
Respiré en tu piel
la fragancia de los sueños
más audaces
y me desdibujé,
reinventándome después,
en noches de escombros
y frío.
Por un puñado de amor
hubiera sido yo algo más
que estas líneas inconexas
de disimulado desaliento.
@mjberistain
Fotografía Gustavo Carrión López