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Fotografías del Edificio Tourning Torso del arquitecto Santiago Calatrava. Se trata de un rascacielos neofuturista residencial que, en aquel momento de mi viaje (2016) era el más alto edificio de Escandinavia.
Su altura será superada en unos meses por el Karlatornet, rascacielos de 73 plantas en construcción en la ciudad de Gotemburgo, Suecia. Se espera que esté finalizado en 2023, y será con sus 245 metros de altura el edificio más alto de Escandinavia. Wikipedia
Tengo que decir que fue, en su día, uno de los edificios modernos que me causó sensación, así que, a mi aire, fui tomando imágenes desde todos sus ángulos. Esto es una muestra de mi colección.


fotografía@mjberistain
MANUEL OUTUMURO (Fotógrafo)
Querido Diario, repito con este nombre. Hace dos años asistí a una exposición de su obra en La Lonja. Quedé admirada de sus imágenes. Dejo el enlace que entonces le dediqué:
Hoy descubro con placer un artículo en El País, escrito por LETICIA GARCÍA, que nos habla del premio recibido por Manuel Outumuro el pasado mes de octubre en Nueva York. Se trata del Premio Lucie a la creación de moda, considerado el óscar de la fotografía.
Extraigo algunas de las líneas del artículo:
El pasado mes de octubre, Manuel Outumuro (Ourense, 73 años) volvía a Nueva York, donde vivió durante cinco años, para recoger el Premio Lucie a la creación de moda, un galardón considerado el oscar de la fotografía y que anteriormente han recibido Ellen von Unwerth, Jean-Paul Goude y Roxanne Lowit, entre otros. Es el primer español en lograr la mención.
“Y pensar que cuando llegué allí trabajaba limpiando mesas y de repente me vi en el Carnegie Hall rodeado de personas a las que llevo una vida admirando…”
comenta al teléfono desde su estudio barcelonés. “Anne Morin, comisaria de Vivian Maier, que recibió el Lucie a comisaria del año, fue la que propuso mi nombre al jurado. Tú no puedes presentar ninguna candidatura, son ellos los que te eligen. Me dijeron después que me habían votado por unanimidad”,
Comenzó haciendo retratos. El fotógrafo recuerda, de entre sus muchos proyectos en los últimos 30 años, “la colección de fotografías de trajes históricos de Balenciaga”, que posteriormente se convirtió en el catálogo oficial del museo en el pueblo de pescadores de Getaria, en el País Vasco. Pero si hay un hito en la carrera de Outumuro no es el de haber retratado a los personajes nacionales e internacionales más relevantes, ni el de haber recibido una decena de premios…
“Creo que fue mi primera exposición retrospectiva en el Museo del Diseño de Barcelona, Outumuro Looks, en 2009. El día anterior a la inauguración me paseé por las seis salas y me puse a llorar. Ver mis fotografías colgadas en un museo, convertidas en objetos artísticos, fue de las cosas más emocionantes que he vivido”
“Me considero más artesano que artista, pero con el tiempo me he dado cuenta de que la fotografía, la moda, la artesanía en general, también son artes”.
Tras más de 30 años de trayectoria y un oscar de la fotografía en su haber, a Manuel Outumuro no se le pasa por la cabeza retirarse.
“No hasta que encuentre la fotografía perfecta, y eso es algo imposible, porque la fotografía perfecta nunca llega”.




En todos los lugares del camino encontré rocas y musgos, líquenes,
dulces vientos ululando por los bosques,
en el aliento de las libélulas ecos de cánticos sagrados
y rumores de manantiales y aromas de rituales que me confundieron.
















Me arriesgo a decirte que estoy asustada. He salido de mi zona de confort y tengo miedo. Las voces del mar suenan muy fuertes en mi cabeza mientras busco por las playas imágenes parecidas a lo que me gustaría mostrar en mis fotografías.
Esas imágenes que muestran su belleza descarnada, a veces violenta y que, sin embargo, al observarlas me ayudan a encontrarme.
Es diferente cuando llevo las imágenes a otro medio como puede ser el ordenador o el papel…
Siento que no he sabido conjugar sus verbos, su poesía se me escapa, duele y me araña muy adentro.
¿Qué me pasa doctora?
De «Andanzas por La Corniche»
Si, tengo que reconocer que estoy algo inquieta.
Estos últimos días he salido con mi cámara fotográfica a explorar bosques.
Nunca lo había hecho antes hasta que un día conocí a Mari. En aquella ocasión sentí una extraña energía, luego nada. Fue como un fogonazo. No me atreví a comentarlo con nadie.
«Mari es la diosa principal de la mitología vasca precristiana. Es una divinidad de carácter femenino que habita en todas las cumbres de las montañas vascas, recibiendo un nombre por cada montaña.»
Creí haberme encontrado con una de las «sorgiñas» (brujas) buenas que poblaban mis cuentos de niña.
Nadie lo supo hasta hoy. Sin embargo, yo habité durante unas horas con ella en uno de sus bosques. No en uno cualquiera, sino en uno de sus bosques preferidos. Esos a los que discretamente solía retirarse cuando necesitaba meditar o reflexionar, o sencillamente disfrutar del silencio o del folclore que le proporcionaban los Basajaun.
«Basajaun o Baxajaun, es el Señor del Bosque o el «Señor Salvaje»: Son personajes de la mitología vasco-navarra y aragonesa de prodigiosa talla y fuerza que los primeros pobladores de aquellas tierras encontraron habitando en los montes y bosques más remotos.«
Yo le creí cuando me mostraba los rostros de los espíritus del bosque camuflados en los troncos de los árboles y ocultándose entre las ramas, le creí cuando bajábamos al río y los identificaba en las piedras, o entre las algas mientras se recreaban en el agua cristalina de las pozas.
Mari proyecta una energía silenciosa y breve. Han pasado muchas lunas desde que la conocí y hoy reconozco su fuerza en los leves empujones que me va propinado sin que apenas los note, pero que me hacen avanzar por nuevas rutas de leyenda.
Estoy inquieta porque algunos de estos personajes se van colando en mis fotografías y todavía no sé muy bien cómo dirigirme a ellos o cómo tratarlos cuando ella no está cerca…









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De «Andanzas por La Corniche»
Explorando nuestras costas voy encontrando pequeñas playas y calas casi inaccesibles entre los bosques que bajan serpenteando desde la carretera hasta las orillas del mar. He estado observando las mareas, y ha habido días en los que he procurado acercarme a las orillas en horarios intempestivos. A esos momentos en los que las rocas quedan al descubierto y yo buscaba algo desconocido.
Estas imágenes son resultado de la observación de las rocas y del descubrimiento de raras imágenes que han ido configurando un proyecto nuevo cerca del mar. Las rocas, sus formas y tamaños, texturas, sugerencias de objetos y personajes, o un cromatismo que en sí mismo me descubre su gran belleza abstracta.
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Las fotografías han sido tomadas en las playas de piedras Lafitenia y Sénix en Acotz.
Llevaba tiempo deseando tener unos cuantos días libres para perderme por las rutas de los frutales en flor que pueden contemplarse en esta época por nuestra geografía; Cerezos en la zona de Extremadura, Almendros en Tenerife y Aragón o en la zona del Mediterraneo… Maquiné un plan que parecía perfecto. Estaba siendo un final de invierno infernal. Habían llegado tarde, pero con fuerza los vientos de más de cien kilómetros por hora, la lluvia arreciando sin compasión y anegando paisajes que hasta entonces eran de puro secano, y nieve; nieve deseada pero que atrapaba con su bellísimo manto blanco cualquier tipo de tráfico -animal o humano- a pie o por medio de cualquier artilugio mecánico de transporte conocido tipo tren, coche, camión o avión. De verdad que yo andaba necesitada de huir del gris oscuro que envolvía con saña mi cuerpo y mi espíritu.
Optamos por la zona de Levante por cercanía y por asegurarnos un poco de sol y temperaturas amigables para poder disfrutar del bellísimo paisaje de la «floración» en estas fechas. Todo encajaba.
«La producción del almendro en España se concentra en las comunidades del litoral mediterráneo. Es el segundo país productor mundial de almendra después de Estados Unidos. El almendro es un árbol muy robusto y de larga vida, que en la cuenca mediterránea puede vivir entre sesenta y ochenta años, incluso hasta un siglo. Es, junto al olivo, uno de los principales árboles cultivados con fin industrial en el litoral mediterráneo. Ambos toleran climas extremos de inviernos húmedos y veranos calurosos y requieren terrenos pobres. Actualmente se cultivan más de cien variedades debido a la gran riqueza genética, pero existen cinco tipos comerciales definidos y seleccionados entre las variedades de mayor calidad, que son Marcona, Largueta, Planeta, Comunas o Valencias y Mallorca.»
Llegamos tarde. La floración se había adelantado debido a la rara climatología de este año y los árboles se estaban cargando ya de almendras. Había una gran preocupación en la zona porque se esperaba frío y ello podría arruinar el fruto. ¡Nuestro gozo en un pozo!, Recorrimos los valles por sinuosas carreteras, esta vez con una belleza diferente a la que esperábamos, pero el sol y la vista del mar en el horizonte aliviaron nuestra desilusión.
¡Pues… compraríamos almendras!
Encontramos en Guadalest —un pueblo caprichoso encaramado en la sierra como una gran ventana al mediterráneo—, una tienda de productos de la zona.
Allí nos explicaron que la producción de los almendros se vendía íntegramente a la Cooperativa pero que, con suerte, podríamos encontrar algún vecino que quisiera vendernos almendra natural -con cáscara- a «dos coma cinco euros el kilo» aproximadamente (que era el precio de venta al por mayor). El amable dueño de la tienda, propietario también de algunas de las parcelas de almendros de la zona, al que compramos pasta de almendras para postres y otros usos, en su ánimo de aliviar nuestro desconcierto nos ofreció unas pequeñas bolsitas de plástico transparente con unos cuantos gramos de almendras garrapiñadas.
¡Garrapiñadas!
No puedo acordarme de cuándo fue la última vez que comí garrapiñadas, pero debió de ser en el parque de atracciones de Igeldo cuando todavía era una niña.
Tuve que conformarme con hacer algunas fotografías de almendros y cerezos por los alrededores, de camino a casa, cuando volvíamos de viaje, mientras mordisqueaba garrapiñadas que todavía me quedaban por los bolsillos.




Texto y fotografía@mjberistain
Es como si de repente, en el aire, muriese algo que vuela, un indeterminado murmullo de ecos que parecen venir de un túnel blanco.
Y es también, desde luego, el ruido de vasos de cristal cuando se pisan, su metáfora fría de élitros batientes, la indecisión de las fieras nocturnas frente al amanecer.
Felipe Benítez Reyes






Había llovido cada uno de los últimos días del mes de junio. No era raro, pero sí era distinto a otros años. Sabemos que todos tenemos que actuar y estamos hartos de que en los medios nos llenen la cabeza de mensajes sobre el cambio climático. Así que, pienso que la humanidad no está haciendo lo suficiente, porque seguimos hablando de lo mismo día tras día, y comprobando los estragos de nuestra falta de sensibilidad en imágenes lamentables que nos llegan de cada rincón del planeta. Y la climatología nos está escupiendo directamente a la cara por imbéciles.
Sueño con la bola blanda de un mundo azul, formada fundamentalmente por agua, como nosotros. Compartimos el espacio de pequeños puñados de tierra con otros seres vivos, con frondosos bosques y caudalosos ríos aparecen aquí y allá. No caemos al vacío gracias a la fuerza de gravedad que, por algo misterioso, nos protege. Sueño con el alto azul infinito en el que flota nuestro mundo azul. En realidad, no sé muy bien si flota, si anida o en el que se ancla, pero sí sé que en las noches oscuras el cielo se llena de estrellas y desde el mundo que habitamos su misterio consigue que nos detengamos a contemplar su belleza, o a intentar interpretar mensajes que nos hacen llegar mientras navegan a años luz de nuestros ojos.
Fue el mayor astrónomo de su época. También fue geógrafo.
Parece ser que trabajó en Alejandría (donde sucedió a Aristarco en la dirección de la Biblioteca de Alejandría) y Rodas, donde construyó un observatorio. Sobre los instrumentos que utilizaba se conoce muy poco. Según Ptolomeo, inventó un teodolito para medir ángulos. Inventó también una dioptría especial para medir las variaciones del diámetro aparente del Sol y la Luna. Perfeccionó la dioptría común, utilizada para medir la altura de los cuerpos celestes o sus separaciones angulares.
Calculó la duración de las estaciones. Construyó una tabla que enseñaba la posición del Sol para cada día del año que servía para 600 años. Como sucede con muchos otros estudiosos de la antigüedad, sus estudios no han llegado a nuestros días, sólo tenemos información a través de citas en escritos de otros autores, como Estrabón y Ptolomeo.
En el año 134 a. C. elaboró un catálogo de unas 850 estrellas clasificadas según su luminosidad según un sistema de magnitud de brillo, parecido a los sistemas que se usan en la actualidad.
Hiparco calculó el mes sinódico (período de tiempo que tarda la Luna en volver a la misma posición, o sea, en llegar, por ejemplo, de Luna nueva a Luna nueva) con error de menos de un segundo del valor estimado actualmente. Calculó también el mes sidéreo y el mes anómalo.
Descubrió la precesión de los equinoccios (movimiento del eje terrestre al girar la Tierra, como el de una peonza), probablemente su mayor y más bonito descubrimiento.
Probablemente murió sobre el año 120 a. C.
Fuente Internet
Y solía amanecer encapotado. No hacía falta levantar la cabeza para mirar al cielo y ver la inmensa marejada de nubes negras que se desplazaban a diestro y siniestro según por dónde les daba el aire. Yo miraba al suelo gris y mojado de sonrisa triste y me tomaba un café para poder superarlo. Es un decir, pero sí, a veces es aburrido no ver el sol, no es que vayas a hacer nada especial, porque sigues escuchando la radio por la mañana mientras atiendes el trabajo de casa o sales a ganar el pan de cada día fuera o vas a llevar los niños al colegio, o a ayudar a tus padres que se están haciendo mayores y necesitan que alivies sus pequeños problemas rutinarios. En fin, que no es oro todo lo que reluce. Pero, seamos sinceros, la luz es vida y la del sol es alegría, esto dicho con todo mi respeto a los que han estado sufriendo este último tiempo temperaturas de un sol ardiente que apretaba el mercurio de los termómetros hasta casi conseguir que se desbocara como la pasta de dientes cuando se lavan los dientes los pequeños de la casa.
Pero no cedían nuestros intentos de salir una noche con los telescopios, las cámaras fotográficas y trípodes, con las linternas y por supuesto con el picnic para ir a ver las estrellas y la luna, la vía láctea y los planetas de nuestro sistema solar: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón (bueno, tampoco es para tanto, es que me sale de carrerilla). Se ve que algo me ha quedado de los años de colegio. Todavía no se habían incorporado Plutón, Ceres y Eris que se descubrieron más tarde.
Era de día cuando llegamos a la zona de avistamiento. La tarde espléndida prometía mucho, quizás había sido el mejor día de todo el verano. Un brindis por los organizadores, mientras se colocaban y se calibraban los star-trackers, telescopios, prismáticos telescópicos y se preparaba la «afarimerienda» (merienda-cena). Enseguida el atardecer nos regalaba con la visión de Venus. Rápidamente conquistamos la Polaris y nos situamos para reconocer con el puntero de láser las constelaciones, estrellas y otros muchos elementos ambulantes a nuestro alrededor.
¡Apasionante!
Llegados a este punto y mientras escuchábamos a nuestro querido experto astrofísico las más interesantes explicaciones in-situ, os imagináis que no hacíamos otra cosa mas que empaparnos del conocimiento que tan generosamente nos regalaba. Así, embelesados, nos encontraban las horas que pasaban, casi sin darnos cuenta.
La luna de agosto se escondía tras una alta colina que nos impidió disfrutar de ella desde nuestra localización en Artikutza. Sin embargo, sí pudimos verla desde los coches, cuando volvíamos a casa.
Incluyo la fotografía de Victor Bolea, gran fotógrafo y amigo, para dejar constancia de uno de los momentos vividos, mágicos e inolvidables.
Sueño con volver a ver las estrellas y los planetas y a esos amigos con los que se comparten estas locuras.
Agur, hasta pronto.
Os dejo con el poeta Julio González Alonso a quien tanto admiro. Su obra y su ser son interesantes. Enlace a su página web: lucernarios.net
Luna de agosto
Te miras en la noche
y te mira el día
y a tu rostro de luna
luna
asoma la sonrisa.
En los ojos zarcos
de las aguas frías
reposa la belleza que enamora
tu mirada limpia.
Tú subes
a sus cielos
con rubor de niña, piel naranja
de tacto adolescente,
blancor desnudo
de amor de novia enamorada
desvestida
de jazmines derramando sus aromas
por los jardines en sombra,
galanteo del aire,
brizna
de celos al arrullo de las olas
que besan las orillas.
La noche de agosto te corteja
y acompaña de estrellas
la luz de tus pupilas.
Cantan los grillos, los relojes
marcan las horas en las plazas
y suspiran los hados
de la buena fortuna.
Autor: González Alonso
(Revisado/Feb23)
Y otras hierbas…
Caminamos por las orillas del Canal Imperial de Aragón. El camino es pedregoso y polvoriento, se abre entre hierbas silvestres y bosques de pinos. Nos llevará hacia las antiguas esclusas, hoy abandonadas de Valdegurriana.
Extraigo la sencilla belleza de las espigas de avena silvestre magnificada por la luz del sol de mediodía.



El calor que guardan los canales
es sofocante.
Fotografiar la calma,
la soledad enardecida,
la mudez que grita,
el cielo que nadie vuela,
las flores de loto entregadas al sol
y a sus amantes…
Ha merecido la pena vivir
la intemporalidad de la Naturaleza
detenida.
Siento, una vez más.
Texto: Isabel Fernández Bernaldo de Quirós
del Libro La senda hacia lo diáfano (extracto)
El viento sacude las enaguas amarillas del otoño. Busca la boca desnuda de los bosques con pasión de enamorado. Desde el centro del pueblo llega un murmullo de voces infantiles por las estrechas pendientes empedradas. Hay hombres viejos sentados aquí y allá que parecen apacentar las horas. Las ventanas se tornan con lenta indiferencia dejando que se filtren finos hilos de luz silenciosos por las grietas. Se va haciendo tarde.
No tengo prisa, todo es un sueño. Llevo una vieja mochila al hombro.
Las sombras me siguen como afilados cuchillos negros. He subido hasta la cima con mi corazón a cuestas. Escucho el latir de las piedras, hogueras de estrellas enciende el mar, fuego fulgurante. Todo es un sueño. La noche ha borrado los caminos, el tiempo, los nombres…
En la lejanía navega indecisa mi vieja mochila.
Late el corazón apretado a las piedras, a las estrellas, al mar que rompe en el acantilado…
@mjberistain
Reflections 2

Un simple espejo, unos pocos objetos (como plantas y frutas) y su propio cuerpo son los elementos que Ziqian Liu necesita para crear las fotos de ‘Reflections 2’, una serie de llamativos autorretratos que demuestran que los selfies pueden ser también arte si se tiene talento, se cuida la composición y (en este caso) se…
‘Reflections 2’, cuando el selfie se convierte en arte gracias a una cuidada y original composición minimalista, por Ziqian Liu — Xataka Foto
PUBLICADO POR XATAKA FOTO
Dejo aquí plasmada una pequeñísima representación de lo que pude ver y admirar en la observación, de cerca, del trabajo del fotógrafo Manuel Outumuro. Estas imágenes no hacen justicia a los originales presentados, la mayor parte en blanco y negro —por ello, he querido virarlas a sepia— quiero que sean un recuerdo de la exposición. He tomado éstas y no otras por el valor que tiene en especial para mi la «composición», como eterna aprendiz que soy de los temas que me inspiran.







De barro y luz.
La vida está hecha de esos elementos: barro y luz, El barro metafóricamente, como materia que define la forma del cuerpo y el rostro de la persona, y la luz como alma, como espíritu.
«El fotógrafo Manuel Outumuro (Galicia 1949) es internacionalmente reconocido por sus fotografías de moda y retrato. De estilo clásico pero mirada contemporánea, los retratos que presenta en La Lonja conforman una memoria visual única, y fijan a la persona en una imagen única e irrepetible suspendida en el tiempo, en algún lugar remoto.»
Principio de invierno, la mañana es fría, la luz blanquecina, algunas nieblas en el valle. Decido salir con mi cámara de fotografía por la Ruta del Románico del Valle de Tena (Pirineos)







Fotografías tomadas en el recorrido por la ruta del Serrablo. Esta ruta agrupa varias iglesias románicas datadas a mediados de los siglos X y XI. Es un bellísimo e interesante recorrido a lo largo del río Gállego entre los pueblos de Sallent y Sabiñanigo.
Pulsar sobre este enlace: Ruta del Serrablo
Busco la Luz.
Todo es geometría y arquitectura, imágenes de otro mundo, edificios, líneas, vacíos iluminados, oscuros, claroscuros, luces de contraluz…
¿Permanecerá el amor en la quietud silenciosa y fugaz de un retrato?
Fotografía @mjberistain
Texto de «La imagen de otro mundo». Juan Lamillar

Así te veo, rostro casi vivo. Miras
desde tu mundo lejano y llegas hasta mí.
Te tengo. Nunca huirás para siempre,
mi prisionero eres, o soy yo.
Fotografía o amor,
imagen material o cuerpo ausente.

Ahora me miras, desde tu superficie sin fondo,
ojos que nada deberían decir,
y, sin embargo, desde sus engañosas luces,
cansancio o amor dicen mientras resbalan sueños.

Oscuro cambio, o realidad aparente;
aire, luz descompuesta en rayos, bridas de seda,
ébanos, cabellos en las olas sujetan
navíos de marfil sobre la oscuridad del mar.
Así amor, dulzura o amargo recuerdo
fundido en lágrimas que el viento disgrega,
tiempo feliz, porvenir azaroso o presente incoloro,
tal eres, solamente.
Una fotografía, una fecha, un nombre y sus aristas,
un suspiro de plomo al papel de tus labios…
Julio Aumente (extracto)
@mjberistainfotografía




Textos L.García Montero
Fotografía MJBeristain
Rozando las paredes del universo, somos átomos dispersos que se agitan al ritmo que dicta la mansedumbre…

Mas… no hay horas que se desvelen a la luz de los días ni de las noches.
Nada altera al alma bajo la aurora boreal.

Soy parte de la Naturaleza que me sobrecoge.

El océano que se enamora de la luna ignorando las fronteras.

La fronda de los bosques
donde sobreviven los ecos más salvajes y tiernos del amor.
Imágenes de Noruega
Textos y Fotografía@mjberistain