las Cinco Villas

DE Ruta por las Cinco Villas


La ruta que iniciamos hace tan solo cuatro días nos ha llevado a recorrer la zona de las Cinco Villas en la provincia de Zaragoza. Debo de reconocer que es otro de los rincones de Aragón para perderse… Su patrimonio singular lo conforman castillos, torres, murallas, plazas, templos y monasterios, que dan testimonio de las diferentes civilizaciones que han pasado por estos lugares. En ellos, bosques de altas tierras y profundos valles, llanuras de bellísimo colorido sembradas de cereal, o depresiones por donde discurren los ríos, se acompañan de flora diversa y colorida, y de fauna salvaje, especialmente de aves que expanden su canto desde el frondoso arbolado invitando a disfrutar de la belleza de la Naturaleza en su estado más puro.

Según leemos en los papeles, «nos encontrábamos ante 10.000 años de Historia». Y yo digo que es creíble porque hemos hablado con los vecinos, amables mayores, ya escasos en estos pueblos, con mucha historia vivida y ganas de contarla. Hemos tenido la oportunidad de identificar signos de las huellas del pasado. Entre otros, visitamos el territorio semidesértico de las Bardenas Reales, el yacimiento arqueológico romano de Bañales, próximo al pueblo Uncastillo. Aguarales de Valpalmas, formación de interés geológico sorprendente que recuerda, en menor escala, al valle de Goreme en Capadocia, Turquía. Otros restos medievales, como Juderías son signos de convivencia entre cristianos, musulmanes y judíos. Sos del Rey Católico, declarado Conjunto Histórico Artístico en 1968, considerado uno de los pueblos más bonitos de España, hoy en trámite de solicitar la declaración de Conjunto Monumental. El Arte Románico presente en muchas de sus iglesias y ermitas, bien conservado y, en algunos casos, excelentemente restaurado como es el caso de la Abadía cisterciense del Monasterio de La Oliva. Casualmente llegamos allí en domingo que se celebraba de manera solemne la renovación de la Iglesia. Escuchamos las oraciones cantadas por los monjes, compartimos la Eucaristía, y nos llevamos vino de sus viñedos para celebrar con nuestros hijos el final feliz de nuestro viaje.

Dejo imágenes de algunos instantes de nuestra ruta. Pulsad sobre cualquiera de ellas para verlas en mayor tamaño.



Montañana – Huesca

Pueblos Medievales abandonados


Me interesa la historia de nuestros pueblos; de sus gentes. Cuando llegué a Aragón descubrí el alto grado de despoblación en sus pueblos pequeños. Aún quedan muchos abandonados… La noticia buena es que las generaciones que tuvieron que salir de sus hogares en busca de un mejor nivel de vida, son hoy familias que se van acercando a ellos de nuevo con la ilusión de volver a poner sus piedras en pié, y de disfrutar de los beneficios de una vida en armonía con la Naturaleza.

Los primeros datos sobre Montañana aparecen en el año 987 en el cartulario del monasterio de Alaón. El pueblo fue antiguamente una plaza amurallada pensada para sobrevivir en la  frontera musulmana del siglo XI. Sus habitantes compartían espacio con las órdenes militares de los hospitalarios. Con la despoblación del medio rural de la década de los años 1960, el Ayuntamiento se trasladó a Puente de Montañana y comenzó su declive.

Durante nuestro recorrido por el pueblo, nos resultó curioso el pequeño tamaño de las puertas de acceso a las viviendas, cuando según las películas que hemos visto de la edad media, pensábamos que eran gente con cuerpos de gran envergadura. Javier, un trabajador de la zona, nos habló de «La historia del vano»…

Durante la Edad Media, siglos XVII y XVIII, procedente del Reino Unido, estuvo en vigor un impuesto a las ventanas «Window-tax» (impuesto a ventanas). Para compensar las pérdidas derivadas de la degradación de las monedas, Guillermo III planteó un impuesto a la propiedad basado en el número de ventanas de una casa. En el siglo XVII no había registros para calcular la riqueza de los habitantes, se hacía según el número de chimeneas o escaleras de una casa, pero la población consideraba esta inspección como una intromisión en sus hogares. Por lo que se decidió dejar de entrar en las casas para comprobarlo. La fórmula, que nunca fue perfecta, fue la de contar el número de ventanas, dado que estaban a la vista de todos. La tasa se convirtió en «un infierno tapiado de buenas intenciones» o «el robo de la luz y el aire». La gente tapiaba sus ventanas y reducía el tamaño de sus puertas de acceso a las casas… La Ley fue derogada en 1851. Extractado de Xataka.com

Dejo algunas imágenes de nuestro recorrido por sus estrechos caminos desordenados, por el laberinto de pasadizos, porches, y por sus empinadas rampas de piedra que suben más allá de las murallas desde donde puede apreciarse la belleza de los tejados y de sus ruinas y de la vegetación que envuelve al paisaje.


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Pirineos – Ainsa


Aínsa es en sí mismo un monumento declarado Conjunto Histórico Artístico

De ruta por los Pirineos, en esta ocasión volviendo de Benasque, la ruta por carretera es lenta, estrecha, sinuosa y magnífica por su vegetación y el discurrir del rio Esera. Nos acercamos a Ainsa. Es uno de esos lugares que merece la pena visitar una o más veces.

Sus edificios, las piedras que los configuraron son del románico, entre los siglos XI al XVII. El pueblo está situado en el  Pirineo de Huesca. Es la capital, junto con Boltaña, del antiguo condado de Sobrarbe. Parte de su territorio lo ocupa el parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara.


Berdugos de madera retorcidos utilizados en las almadías o barcazas que transportaban los troncos por los ríos


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Imágenes recuerdo de nuestro reciente viaje por Los Pirineos, Ruta de Ribagorza y Sobrarbe – Huesca – Aragón



Artikutza


Era temprano y tenía todo el día libre por delante. Mi coche se deslizaba silencioso por aquella carretera poco transitada, estrecha y cuesta arriba. En algún momento temí desviarme y darme contra el monte, o por el contrario, caer al precipicio. La confianza de saber que era difícil cruzarme con algún otro vehículo permitía que mi mirada se perdiera por segundos en el paisaje. Hasta que, en una de las curvas, me crucé con un ciclista bajando que me alertó seriamente. Supongo que él, acostumbrado a la ruta y cuesta abajo tenía la prudencia educada, y yo, cuesta arriba y enamorada del paisaje no pasaba de veinte kilómetros por hora. Tenía todo el día por delante. Fui parando en todos los rincones posibles para contemplar con más detenimiento aquella naturaleza que me susurraba brisas y trinos de madrugada.


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PASAJES DE SAN JUAN

PASAI DONIBANE


Prometí no hacer más fotografía de postal, pero la tentación llega cuando salgo a pasear por cualquier rincón de mi país vasco y siento la necesidad de llevarme en el bolsillo algún pedazo de su paisaje, ramas de sus bosques o el sabor del salitre para deleitarme despacio con su recuerdo cuando estoy lejos.

Esto no es un documento del pueblo que alberga, en el corazón de su casco antiguo, las casas de los pescadores preciosamente pintadas de colores, restos de su industria, astilleros, iglesias de estilo barroco donde encontrar al Cristo de Bonanza, patrono de pescadores, mercantes y corsarios. Además de su Castillo fortaleza edificado en 1621 por orden de Carlos I para proteger el puerto.

Son miradas de un tranquilo recorrido de unos quince minutos por su calle principal, atravesando la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento, hasta llegar a la bocana que sale al mar Cantábrico en el Golfo de Bizkaia, imágenes queridas que no puedo obviar por muchas veces que las haya disfrutado a lo largo de mi vida. Así es que, ahí quedan, una vez más…


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Alquézar (Paisajes ocultos)


Fantasmas perdidos en un sueño que dejó de soñarse no se sabe ya cuándo… El destino tal vez consista en eso: ser una sombra más de un retrato de grupo, en el que nadie sepa qué estamos mirando, ni por qué mantenemos esa sonrisa tonta.


Me acerqué al rio con un violento deseo, sus orillas abrazaron mi cuerpo y, sin más tiempo para pedir ayuda, me fui al fondo de la noche.


Es extraño. Si trato de recordar el fuego de las noches sagradas, un verano violento —como cualquier verano—, con su luna de sangre y crepitar de brasas, recuerdo esa violencia y la felicidad, recuerdo el fuego, pero aquí no está el fuego, aunque yo sé que ardía en esas noches…


En el amor no había nada distinto al resto de las cosas, pero sí era distinto ese juego violento al que apostar la vida, y que a veces movía las estrellas, la luz de la conciencia, y al que hoy sigo jugando, y en él me va la vida.


Ya se durmió la sangre vida arriba. Soledad de futuro, sin futuro. Ya tus palabras hablan de ti de aquello que soñabas, y en el más allá de ti sueñan contigo.


Hay un lugar en medio de la Luz donde se reconstruyen las ruinas de este mundo. Y un acorde que logra convertir las edades y las sangres vertidas en un preciso artefacto melodioso. Hay un número en donde está reunido lo disperso, y una llave que cierra las puertas tenebrosas. Existe una moneda suficiente para el pago de todos nuestros sueños. Una flor de metal que vive para siempre, y un verso que arrastra la esperanza al primer día.


Textos Carlos Marzal (extractos)

Por las rutas del románico


Principio de invierno, la mañana es fría, la luz blanquecina, algunas nieblas en el valle. Decido salir con mi cámara de fotografía por la Ruta del Románico del Valle de Tena (Pirineos)

Fotografías tomadas en el recorrido por la ruta del Serrablo. Esta ruta agrupa varias iglesias románicas datadas a mediados de los siglos X y XI. Es un bellísimo e interesante recorrido a lo largo del río Gállego entre los pueblos de Sallent y Sabiñanigo.

Pulsar sobre este enlace: Ruta del Serrablo