
A veces te descubro detrás de los paisajes,
tendido como el cuerpo arrasado de una ciudad desnuda
al límite del letargo de las caricias,
y tu piel… la lluvia repentina.
A veces eres como el vuelo leve de las aves,
otras, el gemido de las gaviotas,
eres como el dolor del mar, como su ausencia,
eres el viento desgarrado de las galernas.
Tú, el eco de los corazones silentes,
su voz y su naufragio bajo los puentes.
El pálpito herido de todas las palabras de dudoso futuro.
Eres la memoria de los placeres prohibidos.
A veces te descubro detrás de los paisajes
Al borde de las miradas que se pierden a las orillas del absurdo.
Eres la luz ante el asombro del olvido
la fragilidad de la ternura, el azul del llanto transido.
Sé que la noche no me miente
Por eso te busco por los abismos del insomnio,
por la herrumbre de sus paredes, y por la indolencia de los trenes
cuando llegan o se van y deslizan tus besos de niebla por los andenes…
@mjberistain
Este poema podría figurar en un poemario de esos exquisitos que uno no quiere terminar de leer. (Al menos hablo por mí). Ni una ni dos veces me han bastado, y yo no soy amante de la poesía. Cualquier cosa que diga sabe a poco, como dice Ana, ¡piel de gallina!
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Poli, me emociona íntimamente lo que escribes, de tal forma que miro hacia detrás de mí, por si hay alguien ahí que sea mejor merecedor/a de tu comentario. Gracias preciosa. Un abrazo inmenso.
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En la memoria de los placeres prohibidos….
No sé ni que ponerte mi niña porque me pones la piel de gallina!!
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Amorosa… es imposible dejarte a tí sin palabras. Te quiero niña.
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Descubrir letra preciosas , es muy difícil y estas me encantan.
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Junior, eres generoso conmigo, me alegro de que te guste mis letras. Un abrazo fuerte.
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