Llega hasta mí el rumor blanco de las olas
como una sencilla melodía; te busco desde la primera palabra
de mis poemas cuando no habían nacido el azul del mar
ni despertado las galaxias en la mente del universo.
Llega a mí el rumor de los dioses de papel
navegando en el fondo de las aguas en un silencio sepulcral.
Escucho sus rezos por el alma límpida y serena de un mar
inexistente, bello y solidario como un alma arrepentida.
Yo quiero volver al rumor de las aves de mi infancia
parar el curso de la arena en los relojes, esa prisa del tiempo
deslizándose entre los dedos primigenios. Que se pare el amor
en las tibias madrugadas blancas entre los brazos de mi madre.
Solo allí encontré las respuestas a todas las preguntas
que mi alma inocente proponía. Allí resonaba la liturgia enamorada
del Origen, nunca hubo incertidumbre entre las grietas de luz
que habitaban los veranos, y el aroma del jazmín se nos caía de las manos.
La belleza es un lugar donde guardar el bullicio de los años.
@mjberistain
Fotografía La Sagrada Familia
Independientemente del reflejo general de la obra, me apetece sacar de contexto tres frases, solo tres, por su excepcional profundidad emocional y por la intensa elegancia que envuelve su mera propuesta; no porque solo sean destacables esas sino por no hacer interminable este comentario que debería ser mucho más escueto de lo que, seguro, va a salir.
Y es que se nos permita ser lectores de una búsqueda que se inicia cuando aún no habían despertado las galaxias en la mente del universo, es una delicia imposible de rechazar por su impactante atavismo; o asistir a ese momento íntimo en que se desea que se detenga el tiempo para eternizar el amor entre los brazos de la madre; o las certezas que irradian entre las grietas de los veranos con el aroma del jazmín fluyendo de las manos.
Hay muchas formas de expresarse, casi tantas como aficionados somos a la escritura, pero la tuya afecta a los sentidos y, por extensión, altera las emociones. Te odio mucho por eso, María Jesús, pero siempre con gran cariño. 😉
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Vale!, me has dejado sin palabras. Ahora la que tiene las emociones alteradas soy yo Pedro. Me emociona el recorrido que has hecho por mi texto y la expresión de lo que te ha hecho sentir. Me encanta ese «odio» que me profesas y que es de ida y vuelta por ser recíproco. Escribiré para seguir odiándote. Un fuerte abrazo
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Maravillosos versos y maravillosos los brazos de una madre, para acoger a sus hijos con todo el amor y calmar sus desconsuelos.
Muy bello María Jesús.
Un abrazo 🌹
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Poetas, tus palabras superlativas quizás no las merezca pero son un bálsamo para mi espíritu cuando hablas del sentir en los brazos de una madre. Me alegra llegar a tí de esta manera y agradezco mucho tu presencia. Un abrazo fuerte.
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Grande siempre en tu poesia, María Jesús. Muchas gracias por compartirla y un fuerte abrazo.
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Y tan pequeña a tu lado… Gracias Isabel por estar siempre al otro lado de mis páginas. Estoy inquieta porque llegue mañana… Si necesitas voz… cuenta conmigo.
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Un hermoso poema, María Jesús, hondo, dinámico, filosófico, donde los recuerdos hacen nido de añoranzas.
Me gustó mucho leerte. Un beso.
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Julie, sabes lo importante que son estas palabras que descubres ante mi y que consiguen hacerme creer que mis letras son algo parecido a lo que dices; hondo, dinámico, filosófico… No es tanto que me guste pensar que son así sino que me gustaría que lo fueran. Muchísimas gracias por tus comentarios Julie. Un gran abrazo.
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Escribí lo que me inspiró la lectura de tu creatividad, en ese momento. Y te aseguro que fui muy sincera. De lo contrario no te hubiera dicho nada. Me gusta lo que escribes. Sólo eso… Un abrazo. Feliz día.
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Me da la impresión que echas en falta el rumor de las olas del Cantábrico, del graznar de las gaviotas, del aroma de las algas y de la hierba húmeda, del ruido de las gotas que caen y caen incesantemente y humedecen el cristal de las ventanas.
Te queda el calor de esa tierra noble y de tus seres más queridos y el aliento de mucha gente que guardas en tu mochila
Y siempre, siempre, el rumor del viento que a veces habla y a veces canta
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Jabier, eres un poeta. Llevo el calor de la gente de mi tierra en las entrañas, y el de la gente a la que amo y que me ama sea de donde sea. Soy ciudadana del mundo y el mar es mi espacio espiritual. Escucho el viento que se mueve (aquí especialmente) y me trae el aroma de vuestros abrazos. Gracias mi querido Jabier, por estar a mi lado. Un beso
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Increíbles versos. Lo he leído tres veces y sigue sorprendiéndome la profundidad y la belleza de esas olas que tejes con las palabras. El último verso es sublime en su sencillez. Rompe la estructura del resto pero lo cierra, encierra, en su esencia.¡Enhorabuena!
Un cálido abrazo
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Xabier, Me encanta que te hayas detenido a leerlo… (cuantas veces?), es un regalo para mi que me hables de la profundidad y belleza de mis textos, de la «sencillez» de algunas de sus propuestas. Gracias inmensas Xabier por tus comentarios. Si me tratas así… seguiré escribiendo! Un abrazo… cálido también. Gracias
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