La madrugada mueve las cortinas blancas
siente un breve oleaje en su cuerpo
y se pregunta ¿dónde estará la playa?
Navega a la deriva,
como un náufrago
que no recuerda de dónde partió ni
hacia qué puerto le llevará la marea.
¿Qué importa?, se dice a sí mismo
amarrado a la imagen del vaivén de sus caderas.
El viento deshilacha las costuras de su camisa.
Más allá del mar, más allá del azul infinito
inventará blancos ramos de rosas como espumas
para ella, y seguirá contando estrellas antes de dormir
en la eternidad imponente de su tiempo.
@mjberistain
Que bonito, María Jesús!!!!
Me encantaron tus versos, son salados e inmensos como el mar.
Fuerte abrazo.
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El sol y la sal curten y acorazan la piel… debajo hay un alma a veces quebradiza… Un gran abrazo.
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Siempre vamos al encuentro de ese amor que se hace esquivo y a pesar de las dificultades, lo seguimos buscando. Me encantó tu poema. Disfruté su lectura.
Un buen fin de semana
Manuel
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Manuel, aprecio tus palabras y agradezco de verdad tu comentario. Un abrazo.
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Por nada. Siempre a la orden.
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