Hace frío…
El blanco inunda el exterior de las ventanas. Un chorro de humo sale en tropel de un tubo de escape de uno de los edificios de al lado. Distingo en la lejanía, desenfocadas, las luces de la madrugada; las farolas abrazadas por la escarcha y una nube grisácea invadiendo la atmósfera por encima del lento y descolorido discurrir del tráfico, que busca a ciegas su destino.
Tengo el corazón helado, como si fuera un corazón de hojalata.
Brotan las lágrimas como pequeñas piezas preciosas de un puzzle cristalino —ámbar, nácar, coral— que hiela el aire. No caen al asfalto, ni a los jardines, ni a los estanques, ni siquiera a los ríos, y sé que en ningún caso llegarán al mar. Un inmenso vacío recoge la ingravidez de su vuelo silencioso como un magma de rocas que se funden en la niebla.
Despierto.
¿Quién calentará ahora la vida?
@mjberistain
Imagen por Andoni Narvaiza.
Ver: https://medium.com/@AndoniNarvaizza/coraz%C3%B3n-de-hojalata-86b6ac32c42
Conmovedor, bello, triste.
Un abrazo, María Jesús
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Gracias por tus palabras, pero no quiero verte triste… un abrazo
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Claro que no, es lo que me transmite… Un beso
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Muy bueno. Saludos.
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Gracias Santiago, Me lo voy a creer… un abrazo
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Calentarán la vida corazones como el tuyo, María Jesús. Gracias, siempre es un placer leer tus creaciones.
Un fuerte abrazo.
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Gracias Santiago por tu comentario. Me lo voy a creer…
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