Observa la mujer, tras la ventana,
el paso implacable del tiempo
en el rumor lejano de una cosechadora.
Vuelan las espigas de pechos dorados
llenando el aire de oraciones diminutas.
Leo en tu mirada, mujer, una espera compasiva
cuando, no muy lejos, se escucha la voz quebrada
de la campana de la iglesia en ruinas.
Las horas caminan más despacio que otros días
en estas montañas, en sus bosques y en los ríos
que trazaron tus manos amantes
mientras tus hijos pequeños crecían.
Es tiempo de cosecha, mujer.
Mañana,
alguien que se apoyará en los muros de tu casa
recitará una oración diminuta en tu nombre.
En el aire, aromas de tus flores preferidas…
@mjberistain
Preciosa e intimista oración
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Gracias Jabier por tu mensaje también precioso!
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Adoro la foto y tu poesía.
Un fuerte abrazo.
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Y yo a ti.
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