A mil besos de profundidad


A veces cuando la noche es lenta
Los miserables y los mansos
Recogemos nuestros corazones y nos vamos
A mil besos de profundidad

Leonard Cohen

El mar atraviesa con espumas desbocadas
las páginas de mi cuaderno de apuntes breves.
Humildes, con una sencillez que desborda, dañan
los días en que esperaba sentada al naufragio.

He vuelto a mirarme en el camino de los años,
largo como un catálogo de ruinas de un bosque
frondoso en lo profundo del deseo. El Tiempo
disfrazado de oleaje acunando galernas…

A mil besos de profundidad ya nada hiere
se abren luminosos los días del recuerdo,
un hilo desnudo de luna cae en lo hondo
y enciende de nuevo hogueras en el corazón.


@mjberistain

13 comentarios sobre “A mil besos de profundidad

  1. Magnífico, qué bonito también el oleaje acunando galernas. Lo veo, lo escucho y lo siento. Genial.
    Sonrío porque poemas como este compensan los relatos zafios, ya sé que tiene que haber de todo pero se podría repartir un poco mejor.
    Enhorabuena.

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      1. No me extraña que viviendo en Zaragoza ter ocurra esto. A mí también me pasaba. Cuando volvía me quedaba como un niño viendo el mar, y sobre todo escuchándolo y oliéndolo. Mejor en soledad y en un día gris con un poco de sihrimiri

        Le gusta a 1 persona

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