A esta hora inocente
la luz se sienta
en el umbral de las miradas
A esta hora inocente
los rostros no tienen nombre
mas la soledad no está sola
Hemos nacido y muerto
tantas veces,
tantas veces hemos vuelto
brindando con los vasos vacíos
en la ausencia
que es nunca y es ahora.
Nada tiene sentido,
ni los abrazos crispados
de placer ni el dolor insumiso de la sangre,
A esta hora inocente
si me das a elegir, me quedo contigo.
@mjberistain
Yo también me quedo contigo «a esta hora inocente» en la que «la luz se asienta en el umbral de las miradas». Me quedo con tus maravillosos versos, pero especialmente, con el corazón que los escribe.
Un enorme abrazo, amiga.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nacemos a cada instante (y por lo tanto, a cada instante también morimos; pero ése es otro asunto que queda en segundo lugar aquí). Nacemos a cada instante, decía, y eso es lo que nos permite seguir creciendo y decidiendo una y otra vez. Me alegra esa decisión que has tomado en el último verso.
Un abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Qué difícil, amigo Roberto es eso para un ser pensante… Y sin embargo «es preciso» que así sea, lo sé.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Es indispensable, como bien lo sabemos tú y yo. Es indispensable más que nunca ahora, que el mundo parece moverse cada vez más rápido en la dirección contraria.
Abrazo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Precioso, María!!!
Me gustaMe gusta
Gracias preciosa, un abrazo fuerte
Me gustaMe gusta