…Si te despiertas puedes besarme con cuidado
el vil acantilado de ceniza que ocultan mis pestañas.
F. Gámez
He buscado en la tarde una brisa
desplegando las velas
entre la niebla de los verbos
que se agotan en la orilla del silencio.
Todo por morir un rato,
despacio,
en el aliento de cualquier octubre
con el viento a favor ondulando mis lamentos.
Se me estaban oxidando los labios
entre laberintos desahuciados de cariño
donde antes sembrábamos esencias de manzana.
Arrimaría a tí
las pestañas derrotadas del crepúsculo
a la sombra de tus manos silentes,
amadamente,
por implorar un tiempo anónimo
donde nacer de nuevo
entre chatarra, soledad y vino
y olvidar que no era posible sobrevivir
entre andamios de ternura
por las altas cumbres de las lágrimas más tristes.
@mjberistain/92
Fotografía Alfonso Batalla. Flickr
Me recordaste esa época hippi en San Francisco… desenfadada, amorosa. Un buen poema en conclusión. Un beso fuerte. Feliz domingo.
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Amiga Julie, son recuerdos de una época divina… para disfrutarla doblemente con el recuerdo. Un besazo
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Es amadamente estupendo, nunca oí esa palabra, ese adverbio, pero lo echaba de menos. Ahora sé que existía.
Gracias.
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