La madrugada apoya su frente en la ventana
y me confía unas sílabas de pena y compasión
Luis Rosales
¿A dónde fueron aquellos
que ayer habitaban nuestras calles,
de dónde viene este silencio
que envuelve el vacío de la ciudad?
Se rompió el equilibrio del planeta
se cegaron los ojos de los niños
se olvidaron los hombres del Gran Dios
creyéndose ellos que podrían
alimentar la nada, pero la llenaron
de escoria e inutilidad,
de inmediatez y subversión
obviaron el amor
y lo sustituyeron por máquinas
de placer puntual, las fábricas
fabricaron humo que logró matar
el equilibrio natural y ocultar
el cielo y las estrellas,
se envolvieron los mares con plástico
los planetas con máscaras
y un día, con inmenso dolor,
sintieron cómo la tierra dejaba de respirar.