Y, apenas tú

 

Y, apenas tú

que apareces como la fina línea que rompe
una antigua taza de porcelana,
como la muerte,
acechando por las cercanías de ese algo silencioso
que nos une, que llega y nos traspasa, sin más
y sin saberlo.

No preguntes por qué, amor

Yo también me desordeno lo mismo que las fuentes
y caigo y me ordeno de nuevo en el puro espacio
de mis párpados, sin mirar a nadie de frente.

He pensado tatuarme tu abrazo en el contorno de mi cuerpo
y caminar por lo eterno como lo hacen fugaces las estrellas
inventando lazos nuevos, equilibrios, para cuando me desvele.

He decidido contenerte como a un juguete en el escondite
de los relámpagos vagabundos, como si fueras un aire
que no daña con la luz de su caricia acerada cercana al corazón.

No preguntes por qué, no preguntes.
@mjberistain

 

 

 

10 comentarios sobre “Y, apenas tú

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