La pregunta no era tan tonta, ahora me doy cuenta.
Han pasado muchos años desde entonces y el solo hecho de recordar estas palabras y recrearlas en la voz de niño de aquel vecino de casa de mis padres que se llamaba Javier, me hace sonrojarme de nuevo, como entonces, y que la sensación de pequeñas hormigas juguetonas alborotando todos los recovecos de mi cuerpo vuelva a mí con unas ganas de reír locas e imparables…
Ayer tuve la suerte de asistir a esta «ceremonia» que me dejó cautivada y no pude evitar admirar con todo mi respeto y cariño y disfrutar del momento que me ofrecieron estos niños.
Yo sigo creyendo en este amor, en la atracción natural de dos criaturas que sienten una especie de cosquilleo en su interior, un fuerte deseo de estar uno junto al otro, una rara emoción a la que no saben dar nombre y que no tardarán mucho en escribirla en letras mayúsculas…
@mjberistain
Has sabido muy bien plasmar en tus fotos la belleza poética del sentimiento. EL amor, la atracción infantil… quizá sea un sentimiento sin nombre, como el recuerdo y los sueños.
Me ha encantado la entrada, María Jesús.
Un gran abrazo.
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Tus palabras enriquecen el sentido de mis textis… un gran abrazo Isabel
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Emociona leer tu prosa con el recuerdo de estas bellas fotografías. Feliz martes.
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Ay, corazón!!! Un abrazo fuerte…
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También lo creo amada amiga. besos y rosas
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Entre besos y rosas… Un abrazo especial
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