Estamos encadenados
por una guirnalda de tristes lirios
Somos peregrinos
ante un horizonte fugitivo
con esta carga tenaz de palabras
palideciéndonos la silueta del futuro
y la voz, desafinada, naufragando
entre caricias de alcohol compasivo.
Estamos condenados
al abrazo fugaz
frente a los espejos de ojos ávidos.
Estamos condenados
a una forma más bien pobre de amarnos
donde yacen el placer y la pena
con la íntima soledad de siempre.
«Y solo porque no encontramos
una razón, sin más, para olvidarnos.»
@mjberistain
Encadenados a la rutina del quehacer, a caminar sobre el agua y nada más. Se siente triste amiga. Besos y rosas
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Hermoso poema de amor, y muy sugerente fotografía de cadenas oxidadas. Me encantó tu entrada. Besos.
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