¡Adiós Setiembre!


Dejo sobre la orilla de tu infinito mar azul, las huellas efímeras de los gestos estivales. El despertar de las bicicletas por tus costas inaugurando el desfile de las horas y la piel precedente expuesta con lujuria a las brisas meridionales.

En el pequeño puerto, hoy domingo, los pesqueros permanecen atracados y hay un trajín lento de hombres en tierra preparando sus aparejos de pesca para soltar amarras dentro de unas pocas horas. Algunos, sentados en el suelo, charlan reparando con sus grandes agujas y navajas las redes interminables.

Conversamos, entre las miradas perezosas de las gaviotas.

Los sueños están tatuados por el mismo sol, fluyen como la luz de su luz inagotable…



Por fin el viento.

Por fin, las alas.
Por fin, el surco,
por fin el agua y la semilla.
Por fin, una rendija
en el denso espacio
en el que vivo
y todavía espero.
Por fin, horizontes de luz
más allá de la bruma
este trémulo alborear
de cada día.
Por fin, la palabra.
Por fin, el pan
y el vino compartidos.
Por fin, el fuego nuevo,
Por fin, la mano abierta.
Por fin, el beso y la caricia.
Por fin, la sonrisa.
Por fin, la paz.
Paz en la mente
y en la calle.
¡Por fin,
Paz en la tierra!



(Fragmento del poema de Federico Mayor publicado en Terral, Litoral 1996)

7 comentarios sobre “¡Adiós Setiembre!

    1. María, se me fue setiembre sin darme cuenta, y acabo de encontrarte aquí, con estas preciosas palabras tuyas pendientes… Te agradezco muchísimo que estés cerca, perdóname el lapsus. Este otoño me tiene un poco alterada, el otro día metí el bote de galletas en el frigorífico y la caja de leche en el armario de las galletas… Un besazo. Estas cosas pasan…!

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