San Sebastián – 1908
Aunque parezca el palacete de algún excéntrico visir en las costas del Indico, el edificio que se ve en las imágenes fué construído a finales del siglo XIX en la Playa de la Concha de San Sebastián.
Se mantuvo allí durante algunos años para uso y disfrute del rey Alfonso XIII, convertido desde entonces en uno de los bañistas más frikis de la historia de la humanidad.
El palacio, construído en madera, se desplazaba sobre dos raíles que partían la playa por la mitad. Gracias a la fuerza de un motor de vapor, el dispositivo trasladaba al monarca y su séquito desde la arena hasta el interior del mar, donde podían bañarse a salvo de las miradas.
Como explica el autor de Pruned, la existencia de estas casetas de baño se encuadra dentro de la moral victoriana de la época, que consideraba de mal gusto bañarse en público y ser visto en bañador. En franca competencia con los balnearios, los denominados “baños de ola” se convirtieron en una moda gracias a que las damas y los caballeros de la época podían entrar y salir del agua sin perder la discreción.caseta de baños
Las playas más aristocráticas, como las de San Sebastián y Santander, se llenaron muy pronto de casetas, que avanzaban o retrocedían de la primera línea en función de las mareas. Según este relato el palacete móvil del monarca fué construído en 1894 y permaneció en uso hasta 1911, cuando se construyó un edificio de piedra a pie de playa.
Fotografías de George Eastman House, Skyscrapercity y Numisjoya
Texto extractado de Fotonazos