Autor Karlos Giménez
Afuera llovía en ti,
la calle lloraba,
reinaba el silencio en casa,
faltaba tu voz,
y quise hacer del piano un nido,
un refugio,
una copa de ambrosía,
bálsamo contra la nostalgia.
Queriendo romper el vacío
te dibujé en mi mente
y luego mis manos te modelaron,
suavemente,
sobre el teclado,
haciendo bailar mis recuerdos,
abriendo una puerta en el tiempo,
una fuente de cristal en el espacio.
Al fin fluiste sinuosa,
y en cada nota viviste,
deseo y leyenda,
soberana, juguetona,
como una ninfa o un ángel,
como una pluma al capricho del aire.
Bello poema, de vivir intensamente y convivir una vez mas con el recuerdo, escuchando el claro de luna. besos y rosas
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Un abrazo entre líneas Rubén.
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