Maldito otoño, maldito miedo, malditos dioses.
Veo muchedumbres dando vueltas por el mundo. Gentes embarradas, ensangrentadas, fluyendo entre el magma del horror, con los hijos de sus dioses apretados a su cuerpo con lo que queda de sus brazos mutilados.
El mundo es una ciudad irreal, veo muchedumbres dando vueltas como fantasmas hundiendo sus pasos en el fango de un planeta hediondo que se derrite derramando lágrimas de hielo.
Veo cadáveres ambulantes por todas partes, exhalando sus últimos suspiros breves y espaciados, cada uno con la mirada fija en el horizonte de sus sueños destrozados.
Hay sonidos secos, mutilantes, cargados de venganza por los alrededores, que se confunden con el sonido muerto de las campanadas de la mañana.
Retumba el silencio en un mundo caótico en la imagen quieta.
¿Habrá sido un mal sueño?. Me despierto y salgo a enterrar las últimas flores de este otoño en el jardín. Les preparo un lecho de escarcha…
M.J.B.
(Variaciones s/La Tierra baldía de T.S.Eliot)