Hay despedidas que duelen y dejan un sabor a hierro húmedo en los labios como un dolor antiguo de vacío cuando el amor no era tibio.
Hay rituales rumorosos que paran los relojes y abren un gran silencio de luz en tardes templadas hechas a tu imagen y semejanza y dejas que se desborden las huellas de tu memoria -aquella que se va pero que vuelve- más allá del horizonte.
Hay despedidas a las que vuelves mientras la ciudad está aún adormecida, cuando la casa huele a café caliente y alguien te prepara con dulzura unas tostadas de pan recién hecho con mantequilla y dulce de naranjas amargas…
@mjberistain
Maravilloso texto lleno de poesía en perfecta conjunción con las imágenes. Me ha gustado mucho, ¡felicidades!
Un abrazo.
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Isabel es un honor y un placer siempre llegar hasta tu generosa atención… Mil gracias y un abrazo.
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Madre mía qué de nostalgia y qué de triste despedida!!!
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La tarde muere cuando vuelve el alba… Y así cada día de nuestra vida, es maravilloso también ser consciente de cada instante, y poder recordarlo. Un abrazo fuerte Ana.
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