tomas un gin tonic conmigo?
Reconozco a estas alturas que soy una persona discreta, poco comunicativa, y que me falta una pizca de curiosidad que por los motivos anteriores no he desarrollado especialmente. Así que, me doy cuenta ahora. Me he perdido detalles que debería de haber, al menos, observado con un poco más de interés, o, voy a decir, «picardía».
Tampoco ha sido para tanto, en realidad el número de «gintónics» que me he tomado, como suele decirse, podría contarlos con los dedos de una mano, y esto creo que ha sido porque la primera vez que tomé uno yo estaba con mi grupo de amigos en el «Store». El bar de copas más famoso de la ciudad al que solíamos acudir los jóvenes en fin de semana. Un bar de moda al que había que bajar por una solemne oscuridad a un sótano, a una profundidad de cinco metros de escaleras. Sonaba la música de tal manera que era imposible mantener una conversación, ni tan siquiera cruzar unas breves palabras para el entendimiento, con nadie. Se trataba de beber, bailar, observar (o nó) y sonreír, hasta morir en el intento. Al cabo de una hora de estar de pie, eso me pasó a mí. Con mi «gintonic» en una mano sentí que mi cabeza se licuaba, y que todo a mi alrededor se movía en oleadas al ritmo de los hielos que iban deshaciéndose en mi gran copa transparente. Debí de irme al suelo. No os voy a hablar del «rescate», de cómo me subieron a la superficie etcétera. Y yo juré que nunca más bebería una pócima parecida. ¡Qué ilusa era entonces! Lo que sí es cierto es que, a pesar de mi parquedad, me convertí en una persona famosa en la sala de baile.
Y, quizá fue por aquella falta de interés en «el gintonic» por lo que nunca se me ocurrió asociarlo al Enebro.
Por Gemma Bargues (Extracto)
Gran parte de la fama de las bayas de enebro se la debemos a uno de los destilados más consumidos, la ginebra. Pero los usos, propiedades y beneficios de esta planta van mucho más allá. ¡Lo descubrimos!
Es la base de cualquier ginebra y el ingrediente estrella de uno de los cócteles más solicitados, el gin tonic. Te hablamos del enebro, cuyo fruto -las bayas de enebro- da vida, sabor y exotismo a este combinado predilecto en las barras de medio mundo. Sin embargo, ¿qué más puede ofrecernos esta planta?
Qué es y para qué sirve el enebro
El enebro, cuyo nombre científico es Juniperus communis, es un árbol originario de Europa, América del Norte y algunas zonas de Asia que pertenece a la familia de las Cupresáceas (Cupressaceae). Los frutos que nacen de él son muy utilizados como condimento en gastronomía, pero también como ingrediente en medicina tradicional.
Por las condiciones ambientales que requiere, el árbol del enebro (conocido también como ajarje, jinebro, cimbro o anavio) crece en amplias y elevadas zonas montañosas donde las temperaturas son muy frías y hay mucha humedad. Se calcula que el tamaño de esta planta leñosa-del que existen entre 60 y 70 variedades en todo el mundo– puede variar entre uno y dos metros de altura, aunque dependiendo de la zona y del clima puede ser más alto.
En cuanto a su apariencia, las hojas del árbol del enebro son inconfundibles: son muy finas, alargadas y tienen forma de agujas puntiagudas. Sus frutos o bayas son de tamaño muy pequeño, tienen forma esférica y presentan un color verde grisáceo que, al madurar, se torna azulado, púrpura o negro, similar al arándano.
Las bayas de enebro se utilizaron inicialmente con fines medicinales desde la antigüedad por sus propiedades digestivas, purificadoras, desinfectantes y expectorantes entre otras muchas. Además, el extracto de bayas de enebro es un producto común en perfumería y otras industrias relacionadas con la estética. Y, aunque el árbol no produce mucha madera, en muchos países nórdicos se utiliza para elaborar distintos productos como cajas para productos lácteos o empuñaduras para cuchillos. También es común su uso ornamental o incluso como producto de esoterismo. Son precisamente ellas, las bayas, las que después se utilizan por ejemplo para la elaboración de bebidas tan famosas como la ginebra. Sin embargo, el enebro no solo sirve para aromatizar destilados y crear exóticas combinaciones en el mundo de la coctelería, sino que en las cocinas de medio mundo se utiliza en seco para condimentar infinidad de platos como carnes, guisos, salsas, etc., o para elaborar deliciosos tés e infusiones.
Propiedades y beneficios del enebro
Además, el enebro aromatiza, condimenta, embriaga y hasta es capaz de sanar y aliviar multitud de patologías gracias a las propiedades y beneficios que se le han atribuido desde la antigüedad.
El tratamiento de dolores musculares es una de las principales bondades de esta planta, en concreto de su fruto. Tanto tomado en infusión como aplicado en masajes en forma de aceite esencial, el enebro ayuda a calmar procesos inflamatorios como dolor de articulaciones, lesiones deportivas o contracturas musculares. También posee efectos diuréticos que favorecen el buen funcionamiento renal, así como la prevención de afecciones como la cistitis.
Es conocido también el poder anti-bacteriano del enebro, actúa también como un efectivo expectorante y antiespasmódico.
Nuestra piel y nuestro cabello son otros de los grandes beneficiados por los efectos del enebro, debido a que posee importantes propiedades antisépticas, astringentes y cicatrizantes. Las personas que tienen acné, dermatitis, piel sensible, cuero cabelludo graso, caspa o incluso caída capilar, etc., encuentran en el enebro un gran aliado. De ahí que muchos cosméticos y tratamientos-tanto faciales como capilares incluyan el extracto de las bayas de enebro en su composición.
El enebro es rico en tiamina y vitamina B3, así como en calcio, zinc, selenio, sodio, cobalto, hierro, potasio o fibra. Además, ayuda a fortalecer el sistema inmunitario gracias a su alto contenido en vitamina C, la cual contribuye también a la producción natural de colágeno y a que nuestro organismo esté más protegido frente a posibles agentes externos. El enebro también alivia tensiones, pues se dice que, tomado en infusión, ayuda a calmar la ansiedad o el estrés, de ahí que se suela usar en baños relajantes. Asimismo sirve para regular los niveles altos de glucosa en sangre. Esto es debido a que el fruto del enebro es muy rico en propiedades antioxidantes, las cuales favorecen la buena salud cardiovascular. Sin embargo, estos efectos no deben utilizarse nunca como tratamiento en casos de personas con patologías como la diabetes, ni mucho menos sin la consulta previa a un médico especialista.
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