Luna de agosto


Había llovido cada uno de los últimos días del mes de junio. No era raro, pero sí era distinto a otros años. Sabemos que todos tenemos que actuar y estamos hartos de que en los medios nos llenen la cabeza de mensajes sobre el cambio climático. Así que, pienso que la humanidad no está haciendo lo suficiente, porque seguimos hablando de lo mismo día tras día, y comprobando los estragos de nuestra falta de sensibilidad en imágenes lamentables que nos llegan de cada rincón del planeta. Y la climatología nos está escupiendo directamente a la cara por imbéciles.

Sueño con la bola blanda de un mundo azul, formada fundamentalmente por agua, como nosotros. Compartimos el espacio de pequeños puñados de tierra con otros seres vivos, con frondosos bosques y caudalosos ríos aparecen aquí y allá. No caemos al vacío gracias a la fuerza de gravedad que, por algo misterioso, nos protege. Sueño con el alto azul infinito en el que flota nuestro mundo azul. En realidad, no sé muy bien si flota, si anida o en el que se ancla, pero sí sé que en las noches oscuras el cielo se llena de estrellas y desde el mundo que habitamos su misterio consigue que nos detengamos a contemplar su belleza, o a intentar interpretar mensajes que nos hacen llegar mientras navegan a años luz de nuestros ojos.

HIPARCO DE NICEA
NACIÓ EN NICEA DE BITINIA O BITHYNIA,
ACTUAL TURQUÍA, ALREDEDOR DEL AÑO 180 A. C.

Fue el mayor astrónomo de su época. También fue geógrafo.

Parece ser que trabajó en Alejandría (donde sucedió a Aristarco en la dirección de la Biblioteca de Alejandría) y Rodas, donde construyó un observatorio. Sobre los instrumentos que utilizaba se conoce muy poco. Según Ptolomeo, inventó un teodolito para medir ángulos. Inventó también una dioptría especial para medir las variaciones del diámetro aparente del Sol y la Luna. Perfeccionó la dioptría común, utilizada para medir la altura de los cuerpos celestes o sus separaciones angulares.

Calculó la duración de las estaciones. Construyó una tabla que enseñaba la posición del Sol para cada día del año que servía para 600 años. Como sucede con muchos otros estudiosos de la antigüedad, sus estudios no han llegado a nuestros días, sólo tenemos información a través de citas en escritos de otros autores, como Estrabón y Ptolomeo.

En el año 134 a. C. elaboró un catálogo de unas 850 estrellas clasificadas según su luminosidad según un sistema de magnitud de brillo, parecido a los sistemas que se usan en la actualidad.

Hiparco calculó el mes sinódico (período de tiempo que tarda la Luna en volver a la misma posición, o sea, en llegar, por ejemplo, de Luna nueva a Luna nueva) con error de menos de un segundo del valor estimado actualmente. Calculó también el mes sidéreo y el mes anómalo.

Descubrió la precesión de los equinoccios (movimiento del eje terrestre al girar la Tierra, como el de una peonza), probablemente su mayor y más bonito descubrimiento.

Probablemente murió sobre el año 120 a. C.

Fuente Internet


Y solía amanecer encapotado. No hacía falta levantar la cabeza para mirar al cielo y ver la inmensa marejada de nubes negras que se desplazaban a diestro y siniestro según por dónde les daba el aire. Yo miraba al suelo gris y mojado de sonrisa triste y me tomaba un café para poder superarlo. Es un decir, pero sí, a veces es aburrido no ver el sol, no es que vayas a hacer nada especial, porque sigues escuchando la radio por la mañana mientras atiendes el trabajo de casa o sales a ganar el pan de cada día fuera o vas a llevar los niños al colegio, o a ayudar a tus padres que se están haciendo mayores y necesitan que alivies sus pequeños problemas rutinarios. En fin, que no es oro todo lo que reluce. Pero, seamos sinceros, la luz es vida y la del sol es alegría, esto dicho con todo mi respeto a los que han estado sufriendo este último tiempo temperaturas de un sol ardiente que apretaba el mercurio de los termómetros hasta casi conseguir que se desbocara como la pasta de dientes cuando se lavan los dientes los pequeños de la casa.

Pero no cedían nuestros intentos de salir una noche con los telescopios, las cámaras fotográficas y trípodes, con las linternas y por supuesto con el picnic para ir a ver las estrellas y la luna, la vía láctea y los planetas de nuestro sistema solar: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón (bueno, tampoco es para tanto, es que me sale de carrerilla). Se ve que algo me ha quedado de los años de colegio. Todavía no se habían incorporado Plutón, Ceres y Eris que se descubrieron más tarde.

Era de día cuando llegamos a la zona de avistamiento. La tarde espléndida prometía mucho, quizás había sido el mejor día de todo el verano. Un brindis por los organizadores, mientras se colocaban y se calibraban los star-trackers, telescopios, prismáticos telescópicos y se preparaba la «afarimerienda» (merienda-cena). Enseguida el atardecer nos regalaba con la visión de Venus. Rápidamente conquistamos la Polaris y nos situamos para reconocer con el puntero de láser las constelaciones, estrellas y otros muchos elementos ambulantes a nuestro alrededor.

¡Apasionante!

Llegados a este punto y mientras escuchábamos a nuestro querido experto astrofísico las más interesantes explicaciones in-situ, os imagináis que no hacíamos otra cosa mas que empaparnos del conocimiento que tan generosamente nos regalaba. Así, embelesados, nos encontraban las horas que pasaban, casi sin darnos cuenta.

La luna de agosto se escondía tras una alta colina que nos impidió disfrutar de ella desde nuestra localización en Artikutza. Sin embargo, sí pudimos verla desde los coches, cuando volvíamos a casa.

Incluyo la fotografía de Victor Bolea, gran fotógrafo y amigo, para dejar constancia de uno de los momentos vividos, mágicos e inolvidables.

Sueño con volver a ver las estrellas y los planetas y a esos amigos con los que se comparten estas locuras.

Agur, hasta pronto.


Os dejo con el poeta Julio González Alonso a quien tanto admiro. Su obra y su ser son interesantes. Enlace a su página web: lucernarios.net

Luna de agosto

Te miras en la noche
y te mira el día
y a tu rostro de luna
luna
asoma la sonrisa.

En los ojos zarcos
de las aguas frías
reposa la belleza que enamora
tu mirada limpia.

Tú subes
a sus cielos
con rubor de niña, piel naranja
de tacto adolescente,
blancor desnudo
de amor de novia enamorada
desvestida
de jazmines derramando sus aromas
por los jardines en sombra,
galanteo del aire,
brizna
de celos al arrullo de las olas
que besan las orillas.

La noche de agosto te corteja
y acompaña de estrellas
la luz de tus pupilas.

Cantan los grillos, los relojes
marcan las horas en las plazas
y suspiran los hados
de la buena fortuna.

Autor: González Alonso


(Revisado/Feb23)

Un comentario sobre “Luna de agosto

  1. «la luz es vida y la del sol es alegría»

    La luz de una estrella, el Sol, y nuestro destino en la Tierra. Aplaudo tu artículo que encabeza esa soberbia fotografía de Víctor Bolea y te agradezco que hayas considerado oportuna la compañía del poema de calendario «Luna de agosto». Un privilegio para mis versos. Mil gracias y un abrazo grande.
    Salud.

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