Hablando con el maestro Cartier Bresson.
Siento una especie de fascinación por sus imágenes en blanco y negro que dibujan momentos a partir de la intuición.
Uno de los fotógrafos más notables del siglo XX, llamado «el ojo del siglo» y padre del fotorreportaje según algunos, Cartier-Bresson decía que la autenticidad es la mayor virtud de un fotógrafo. Por ello se oponía a usar flash, y a arreglar la escena o a los modelos: «Siempre espero obtener la foto de la cual digan: ‘Eso es verdad. Ha sabido verlo’».
En otro momento casi anticipó la explosión de la imagen a partir de los smartphones: «Cualquiera puede hacer fotos.
Justamente porque nuestro oficio está abierto a todo el mundo continúa siendo, pese a su fascinante facilidad, extremadamente difícil».
Sus palabras tienen sentido: aunque cada día se suben 200 millones de fotos a Facebook, la mayoría se pierde en el lugar común y la obviedad.
Sobre el futuro de la fotografía, decía: «Mientras los seres humanos sigan viviendo y sigan existiendo problemas verdaderos, vitales, importantes, y alguien tenga ganas de expresarlos con simplicidad, con sinceridad, con alegría y sentido del humor, habrá un lugar para los fotógrafos, igual que para los poetas y los novelistas».
(Extracto del blog «Palabras a flor de piel«



