Es como si de repente, en el aire, muriese algo que vuela, un indeterminado murmullo de ecos que parecen venir de un túnel blanco.
Y es también, desde luego, el ruido de vasos de cristal cuando se pisan, su metáfora fría de élitros batientes, la indecisión de las fieras nocturnas frente al amanecer.
Felipe Benítez Reyes


