Oteiza y el Arte


Extractado de artículos de prensa. Autores: Jose Luis Barbería, Andoni Batista, Félix Eraña


Jorge Oteiza quedará; ¡todavía no le conocemos! 

Poco tiempo antes de morir un tembloroso Oteiza leyó entre lágrimas: «La vida ya no me sienta bien, siento la dulzura cercana de la muerte, soy viejo, enfermizo, sentimental y llorón y lleno también de violencias que ya no podrían impresionar a nadie»

Al desprenderme de Ella, me he quedado sin familia.
«No tengo a nadie en quien morir…»

Una tumba sencilla con su fecha de nacimiento (1908) junto a la de su mujer Itziar.   Dos humildes cruces de madera unidas por un único palo transversal.

Aquí yacen… ¡No señor, aquí no yacen, de aquí se han ido…!

La muerte no existe, es un cambio de sitio. La vida sirve para morirse. Está clarísimo.

La poesía es lo que no se explica, ni se entiende, ni se puede entender. Es un salir de la vida y encontrar otro sitio, donde estar protegido.
Estar fuera, volando, como un pájaro…

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Oteiza ha sido, además de un gran escultor investigador del racionalismo abstracto y buen poeta, un permanente agitador incendiario…

En estas palabras de recuerdo al hombre, voy a limitarme a extractar algo de su pensamiento en relación con el arte.

Se dedicó a la escultura durante treinta años, aunque reconocía que lo que le interesaba realmente eran los lenguajes, y en lugar de hacer la experiencia con la música, por ejemplo, la hizo con la escultura. Después se pasó al cine, al ballet, al teatro —artes en las que fue fracasando como corresponde a un creador— hasta que se encontró con la poesía.

«La poesía es la expresión en la que me siento más cómodo. Ante la hoja en blanco, esa página que da terror a muchos, que se estremecen, cuando a mí me ocurre todo lo contrario. La poesía es el mejor lenguaje personal, individual, que te define en tu gran soledad. Eres un dios del papel: pones dos palabras y te incendia el cielo de papel. Con la poesía me comunico con algo trascendente, dentro de una gran intimidad.»

«La poesía es el lenguaje que llega más al alma. La Poesía y la Música. La poesía es la música del papel.

Decía…

«La escultura es un lenguaje sordomudo, carísimo, lento y sucesivo…

«La escritura es certificar el fracaso y, aunque el motivo sea la poesía, la conversación tiende a otras reflexiones.

«El verdadero territorio del hombre es el lenguaje.

A la pregunta de «¿Qué es lo que no te invita a seguir viviendo, tú mismo o el mundo?», Oteiza contestaba:

  • Creo que el mundo. El mundo y sus enemigos, porque antes se decía que los enemigos del alma eran tres, mundo, demonio y carne, pues ahora siguen siendo tres también. Los «enemigos» capitales del mundo del poder son tres: la cultura, la educación y la paz. Y por eso el poder les persigue. No hay nada que hacer…

Un día te llamé poeta y te extrañaste

  • Sí, es verdad. Yo no he querido hacer poesía, mi voluntad ha sido distinta de los poetas, yo he querido una autonomía del lenguaje, porque la poesía está en el hombre, en el comportamiento tuyo al querer escribir… Yo he querido escribir, no para los demás y menos por la belleza; yo me he encontrado la imagen, otras veces he hecho unas cuantas, jugando y como un collage, pero a mí no me interesa la rima.

Se habla de la respiración en tu obra poética, nunca has considerado la poesía como un instrumento, sino como un aliento, como una respiración…

¿Te ha curado de la muerte la poesía?

  • De la muerte, no; de la vida, porque la muerte está en la vida…

El hombre concluye en el niño.

«Últimamente pienso en mi infancia, estoy pensando que el niño es la fase más alta de nuestra personalidad, que en el niño no empieza el hombre, que el hombre concluye en el niño. Si hubiera muerto con seis años era en plena madurez, plenamente realizado. Me refiero a los agujeros que hacía en piedra blanca arenisca y que en el vacío redondo que descubría me sentía protegido, era mi tesoro de agujeros, que al recordar de escultor los llamé esculturas de catalejo. Siento que estoy llegando a mi infancia. Mis ideas van desapareciendo y reaparecen al recordarlas en mi infancia más completas y simplificadas. Veo que vivía la naturaleza con una religiosidad estética que perdí con la educación recibida de una fe religiosa supuestamente histórica.

Creo en lo que no existe.

Así una de mis preocupaciones últimas y que utilizaría para negar mis fracasos es demostrar que no he existido…



fotografía@mjberistain

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