Hace tiempo que el mundo se resiente y hoy parece un decorado de cartón,
miro las fotografías en blanco y negro que pueblan las redes con miles de «me gusta»
y me duelen tantas calles calladas y persianas de bares y cafeterías vacías bajadas.
Pienso en ti, imagino que estarás abstraída mirando por la ventana,
quizás con una taza de café caliente entre las manos apretada contra tu pecho
y un temor como de no acertar a imaginar un futuro mejor para tus hijos pequeños.
El ángulo de la bellísima última luz de octubre traspasa los cristales
y descansa sobre el polvo de los sueños que impregnaron los primeros muebles que pagamos juntos,
caen lentas las últimas hojas frescas del jarrón en el que aventuramos cada día una ilusión.
No te arrepientas de nada, no dudes, la vida es un combate, sigue tu marcha y vive en los detalles;
quizás el de un nuevo amanecer, o el de la última luz que ha marcado de ocre cada hoja caída,
o el de los besos que has guardado que ha ido sellando en tu boca el amor.
Nos quedan las ventanas, siempre habrá un revuelo de pájaros en primavera y una lluvia piadosa que se desborde en algún lugar, fluye con ella, eres agua, sigue su curso, que no te paren tus pasos, la vida es un eterno combate dentro y fuera de las ventanas.
@mjberistain
Fotografía: Murillo «Mujeres en las ventanas»
Precioso, emocionante, un canto al amor materno, una lección de vida en cuatro líneas. Qué elegante y magnífico mensaje. Eso es escribir, apabullas. Merci
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Viniendo de ti como escritor me halagan tus comentarios. Gracias Javier, un abrazo.
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Me parece bellísimo tu texto. Un abrazo muy fuerte!!
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Isabel, gracias siempre por tu apoyo. Un gran abrazo.
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Tres jolie Mariaje
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Jabier, me alegra de verdad que te guste lo que encuentras por aquí, tus comentarios me animan a seguir. Un fuerte abrazo. Cuídate.
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