Desde que escribo, y lo hago libremente, siempre he admirado el “arte” de escribir un soneto. Porque más allá de elegir las palabras que estructuralmente cumplan su función técnica de rima, es admirable que sean ellas las que lleven al lector fluyendo en una especie de “comunión” con el sentimiento del poeta cuando las escribió. Por eso hoy me permito tomar prestado del blog de Triana este texto y guardarlo entre mis cosas y compartirlo si es que a alguien le interesa.
Y mi agradecimiento siempre a Trianarts.
Dejé por ti mis bosques, mi perdida
arboleda, mis perros desvelados,
mis capitales años desterrados
hasta casi el invierno de la vida.Dejé un temblor, dejé una sacudida,
un resplandor de fuegos no apagados,
dejé mi sombra en los desesperados
ojos sangrantes de la despedida.Dejé palomas tristes junto a un río,
caballos sobre el sol de las arenas,
dejé de oler la mar, dejé de verte.Dejé por ti todo lo que era mío.
Dame tú, Roma, a cambio de mis penas,
tanto como dejé para tenerte.
Rafael Alberti
Imagen de South Hostels
Grande Alberti ¡¡
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Precioso Alberti y preciosa la foto de la Alameda Apodaca de Cádiz.
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