Con mi agradecimiento a Sendero por acercarnos a estos textos.
No hay que olvidar que, cuanto más surrealista es la historia que se cuenta, mayor es el esfuerzo que debe poner el escritor en crear un entorno de credibilidad, a fin de que el lector acepte la propuesta.
Para nuestra fortuna, el cerebro humano tiene la capacidad de ser rebelde. Sin esa rebeldía no hubiera podido existir Picasso quien no pretendió ser un Velázquez en pleno siglo veinte. Ni un Miró, Ni un Dalí que utilizó su clasicismo para crear con él un mundo gráfico de incoherencia. La incoherencia, el disparate, lo ilógico, son rasgos característicos del teatro del absurdo, siendo también parte del inventario preferido en las novelas de James Joyce y los cuentos de Franz Kafka, y por supuesto el arte grotesco de Alfred Jarry está lleno de ellos.
Justamente Kafka, ha sido capaz de hacernos creer que un hombre se puede convertir en un insecto con toda…
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Muy buena reflexión ☺️
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