Estalla la tarde en mil pedazos.
La luz hiere como azogue mineral
en nubes de horror y tibia templanza.
Te busco en la quejumbre
de la ciudad arrasada
y solo encuentro trozos
y trazos picassianos en aristas
al borde de miradas extraviadas,
y labios que se aprietan
sin poder pronunciar un simple adiós.
Lloran fuentes tumefactas
en el jardín de los dioses suicidas,
donde palpitan los corazones desvaídos.
El cielo dispersa el color del dolor
mientras rayos de luz desorientada
cabalgan desolados sobre las naves de cristal.
Después te busco gritando entre grietas
de ceniza que se abren en las mañanas grises
y no encuentro coartada suficiente para tanto desamor.
Texto@mjberistain
Imagen de internet
Excelente poema, saludos
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Es triste pero también llevo dentro el dolor por el horror de tanta guerra. Gracias por tus palabras Iñaki.
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👏
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Gracias Luces y Sombras.
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Tiene la fuerza de la desilusión… que has convertido en poesía. Muy bello. Besos.
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Es que duele tanto horror suicida… y también siento que debo dejarlo expresarse. Un beso.
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Triste,muy triste 😢
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Bueno, siento haber incidido en este tema tan «natural» por otra parte. Eso es lo triste. Un saludo, anónimo.
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