UNA TARDE TRANQUILA

Me entrego al ocio de dar vueltas por tus calles y por mi vieja memoria.
En un libro hoy encontré algunas fotos que me han llevado hasta otra tarde tranquila en la que fui feliz paseando por otros sueños.

Hoy detecto una nueva emoción en los mismos objetos.
Me observan desde siempre, pero voy comparando y me doy cuenta de que algunas cosas han cambiado de sitio; las macetas son nuevas y se han muerto las flores que crecían entonces, otras, ya no tienen importancia.

Caminando descubro que quizás soy yo lo que más ha cambiado en este tiempo.
O mis sueños que soñaban un futuro diferente. 

Sonrío y comprendo que también pasarán los de este día.

Y dejo que se escape esta tarde, tranquila, porque por un instante percibo esa extraña grandeza que al pasar pone el tiempo en las cosas pequeñas…


«Des-arreglo» de un poema de Vicente Gallego

7 comentarios sobre “UNA TARDE TRANQUILA

  1. La crónica es uno de los géneros que más me gusta (supongo que vas a escucharme decir esto de todos los otros géneros literarios; así que por ahora dejémoslo así); y esta entrada tuya aúna la crónica con otro placer no menor: la fotografía y las puertas y ventanas. Me gustó todo: sobre todo tu prosa límpida y clara, la que acompaña a las fotos o la que es acompañada por ellas con la misma altura.
    Abrazo.

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