La Tierra prometida

…Porque eres polvo y al polvo tornarás.
Génesis:3,18-20

 

Apenas soy un grano de arena. Ni tan siquiera me siento polvo que, al fin al cabo, suele levantar barullo cuando se remueve.

¿De verdad, ¿cuántas veces en la vida me he sentido realmente importante?

Pues muy pocas.  Si tengo que ser sincera conmigo misma, y de eso se trata en estas páginas que son mis cómplices, como en las páginas de aquellos antiguos diarios que escribíamos a mano cuando todavía no existían estas máquinas y el papel recogía, no solo nuestros pensamientos, sino también la humedad de nuestras lágrimas. Decía que si tengo que ser sincera conmigo misma…

No fue hasta el día en que sentí la grandeza de la maternidad. Recuerdo que iba por las calles levitando, como si fuera la única persona en el universo que había sido capaz de concebir una nueva criatura. Y a pesar de que lo habían explicado, yo estaba convencida de que Dios me había tocado con su mano divina. Me sentía única; única y verdadera, irrepetible, inmortal.

Por tus hijos matas!, y también por tus hijos mueres…!

La vida se convierte en una lucha por conseguir que tus hijos accedan a la Tierra Prometida, y lo seguirán intentando ellos y sus hijos y los hijos de sus hijos y todas las generaciones siguientes hasta que la igualdad y la dignidad dejen de ser los titulares en mayúsculas de todos los diarios del mundo.

No voy a hablar de las escenas que se repiten hoy por los rincones de la geografía de los países situados económicamente en un rango superior al de la pobreza. No voy a hablar, porque no me cabe en la cabeza, de por qué los gobernantes, a los que  elegimos para que nos representen, utilizan el poder que les confiamos para «traficar» con armas poniéndolas a disposición de líderes sin escrúpulos. De por qué cuando ven morir a miles de refugiados intentando alcanzar un futuro sin hambre para sus hijos, los miran de soslayo. ¿Por qué no se pueden aplicar todos los recursos que malgastamos en ayudar a estabilizar los países afectados, en su propio terreno? En un mundo «globalizado» en el que se podría debatir cómo compartir mejor los recursos, ¿a quién y por qué interesa que se mantenga La Guerra?

Cada una de las imágenes son como una puñalada directa al corazón, pero que aguantamos estoicamente gracias al caparazón de las instituciones que hemos inventado para poner un cierto orden en el caos mundial y que, de paso, nos protegen de la culpa y del miedo.

¿O tenemos que reconocer que formamos parte de un ejército de marionetas en manos de un poder superior, insensible como el dinero, que financia la inestabilidad  para adueñarse y controlar la riqueza -la materia prima- del planeta?

Tragamos saliva y respiramos hondo porque tal vez sea la última bocanada de aire que nos podamos permitir antes de dar cabida a tanta miseria en nuestro mundo  perfectamente organizado…

Perdonarme pero en mis reflexiones se «confunden» el drama humano y el factor económico del eterno conflicto…

imagesREFUGIADOS Guerra española 1939       Ayer éramos nosotros los que huíamos…

imagesSIRIAHORROR
Si estuviéramos en su lugar hoy, no haríamos lo mismo?

 

@mjberistain
Fotografía Veronica Pinke


EL NIÑO SIRIO
—Isabel Salas—

El niño sirio,
sin querer,
siendo tan chiquito,
ha entrado en la historia
por la puerta cruel del dolor maldito.
Ha entrado flotando,
muriendo y llorando,
sin que nada ni nadie
oyese su grito.
Su foto recorre las redes,
las televisiones
y los corazones.
Sin rostro y sin sonrisa,
mecido por agua sin prisa,
sin vela de deseo,
desde su foto viral
muestra el lado feo,
del crimen sin castigo
al mundo inmoral.
En nombre de tu madre,
muerta contigo,
yo te pido perdón
y te bendigo.


12 comentarios sobre “La Tierra prometida

    1. Que RAZÓN tienes Rubén, esa maldita sensación de que «el poder» está mirando hacia otro lado… esperando a que la propia evolución del abandono haga criba en el mundo (sobramos demasiados), y sería una forma de no sentirse responsable de los efectos… Muy duro!!!

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  1. Como bien reconoces al final de tu entrada, María; en tu texto se confunden dos miradas sobre el mismo tema, y déjame decirte que está muy bien que así sea. Estos conflictos son complejos y no es trivial que despierten en nosotros miradas de igual calibre. ¿Podríamos reducir este tema a una síntesis totalizadora? Claro que sí: Todo esto es absurdo.
    Eso es todo. Absurdo. Después, tu mirada humana es la que se abre a las diferentes apreciaciones que nos provocan las diferentes caras que vamos viendo, la cual está centrada aquí en esa madre y en ese niño.
    Por último, creo que en tu texto ya hay varias respuestas a las preguntas que planteas. ¿Quién se beneficia con la guerra? El poder en todas sus vertientes: económico (sobre todo), pero también político y religioso.
    ¿Somos marionetas de los estamentos del poder? Por supuesto, nos guste eso es lo que somos; y algunos, además son felices participantes e impulsores de lo que se digita desde arriba.
    ¿Tiene o podría tener final todo esto? Claro que sí; pero eso sólo si nosotros, la mayoría, deja de dividirse por tonterías y se aboca a lo esencial, a lo que realmente vale; a defender a los nuestros.
    ¿Se logrará esto alguna vez? No me preguntes…

    Abrazo apretado.

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  2. Aspiro a volver a sentirme como la onda instantánea y eterna que me conectó un segundo-intenso con el Sol, Que me ha conectado,cuando ha querido, con la luz gris de un amanecer gris. Cuando me ha despertado para que sintiera a un muerto lejano a quien un día conocí y amé
    Cuando lleno mis pulmones al sentir la verticalidad de un pilar
    Cuando tantas veces, cuando quiere El o ELLA, ME ARREBATA EN UN VUELO..

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