A veces pienso que jugamos al escondite con la magia…
Luego tu mirada se hace dueña de la oquedad del bosque
donde se resienten los leños recién cortados
y mis mentiras.
No me creas cuando te diga que huí de tí
la lluvia estallaba en los pliegues de las noches blancas
contra la boca sedienta de las flores…