Rozando las paredes del universo, somos átomos dispersos que se agitan al ritmo que dicta la mansedumbre…
Mas… no hay horas que se desvelen a la luz de los días ni de las noches.
Nada inquieta a la quietud del alma bajo la aurora boreal.
Soy parte de la Naturaleza que me sobrecoge.
Ella es mi casa.
Soy el océano que se enamora de la luna ignorando las fronteras.
Amo el cobijo de los bosques
en los que sobreviven los ecos más salvajes y más tiernos del amor.
Utilizaría mis cadenas solo para acercarme un poco más a tí…
Las imágenes rezuman paz y sosiego, y se funden con la melodía de las palabras que calan hondo como la lluvia mansa en el secarral. Y estalla la belleza como un relámpago que nos sobrecoge y nos hace añorar el cobijo y el calor de otra alma sensible con quien compartir emociones, rozando el fondo del amor en una caricia apenas esbozada.
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Me alegra mucho el poder «compartir» el sentido de imágenes que cautivaron unos instantes de mi vida. Un abrazo.
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¿que ves venir rielando sobre el mar,entre la lineas finas de las casi-no-hay-olas? ¿no ves ,escrito por la luz un verso de intención que lee con sus ojos tan sólo la palabra: blanca espuma de amor?.
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… Y la tarde se deja invadir por el murmullo de las constelaciones jugando al amor entre espumas blancas… Gracias Juan por tu preciosa colaboración. Un abrazo.
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Bonitos versos y preciosas imágenes que acompañan…
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Lidia, Gracias por acercarte a Luz de Bohemia, me alegro de que te guste lo que encuentras. Un abrazo
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