Esta fotografía de Robert Schwenzer me resulta inspiradora y me ayuda a recordar…
La Foratata es una roca mágica; una modesta montaña de roca de dos mil trescientos metros de altura sobre el pequeño pero bellísimo pueblo de Sallent de Gállego. Hablo del Valle de Tena, en la zona de Huesca de Los Pirineos. Ella ha presidido la mayor parte de nuestras vivencias lúdicas familiares: desde los más placenteros paseos campo a través hasta las travesías más arriesgadas por los «tresmiles» que la rodean.
En sus laderas habita el eco de nuestra historia.
El otoño es un momento magnífico para disfrutar del paisaje y de los frutos que nos ofrece la naturaleza porque en esta época están en su mejor momento de maduración. Una de las excursiones preferidas de los niños era ir a coger arañones o endrinas. Tenían su punto. Su búsqueda era un reto divertido y, además, con un cierto componente de riesgo; el de volver a casa con las cestitas más o menos llenas de endrinas y los brazos más o menos llenos de arañazos.
Los «aitatxos» (los padres) pretendíamos, con aquellos frutos, preparar el tan preciado licor de pacharán (licor de entre 25 y 30% en volumen de alcohol, obtenido por la maceración de las endrinas en aguardiente anisado) que competiría, con el elaborado por el resto de amigos montañeros, a mejor pacharán de nuestro mundo mundial y del año. Esto terminaba con la ilusión macerando en preciosas botellas de cristal fino que solían guardarse durante años, como elemento de museo, alojadas en vitrinas, junto con las de whisky y ron que casi nadie consumía salvo para hacer cubatas en algunas fiestukis.

Y ahora va en serio:
El endrino es un arbusto caducifolio, muy enmarañado y espinoso de hasta cuatro metros de altura). Su fruto se conoce como endrina (o arañón en zonas de Aragón, Burgos, Navarra y País Vasco), y en muchas zonas de Galicia como Abruños y (o) Ameixa Brava. Es una drupa del tamaño de un grano pequeño de uva unos cinco a diez milímetros de diámetro cuando el fruto está maduro, y de forma ovalada. El color puede ser azulado, violáceo o negruzco. Es de textura aterciopelada y sabor agridulce. Es un fruto muy apreciado para la elaboración de pacharán.
Se ha utilizado, desde la antigüedad, como planta medicinal y alimenticia. Su fruto, las endrinas, se utilizan en la elaboración de mermeladas y jaleas, así como para la preparación del pacharán. Se han usado también para aromatizar otros licores. Sus flores utilizadas en tisana tienen propiedades laxantes.
Extractado de Wikipedia
Gracias por desasnarme, MJBeristain; había escuchado varias veces el término Pacharán y por las referencias sabía que era una bebida alcohólica. Como con eso era suficiente para entender el contexto, nunca había buscado más información. Ahora la encuentro aquí, clarita y lúdica como un cuento narrado «al pasar»; lo cual le suma encanto, sin duda.
Abrazos.
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Deberías de probarlo un día… Así, aunque sea mojarte los labios. Un abrazo
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Me ha encantado esta entrada, las fotos son preciosas como lo son tus recuerdos que en parte son también míos.
No entiendo lo de» y ahora va en serio» si has hecho una entrada muy meritoria y bonita hasta ese «y ahora…»
Gracias y un abrazo.
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Isabel, hay un cierto pudor en mí cuando hablo de mis experiencias vitales, no tienen mucho valor universal… Por eso me descubro ante la «sabiduría» (aunque en algunos casos se trate de recoger datos de wikipedia). Un abrazo, me alegro que te haya gustado a tí.
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Sabroso en cada una de las formas que has destacado pero como pacharan no tiene igual. 🙂
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Lástima Antonio que ya no hacemos para haberte guardado algunas botellas… Gracias por tu presencia siempre, un abrazo
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No importa no por ello deja de estar bueno. 🙂 Un abrazo.
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