La flor que anunció el presagio
se marchita de olvido…
Su dolor de pétalo, a distancia,
sigue siendo tibio y persistente,
en ocasiones húmedo,
con la dulce apariencia
de una sólida lágrima
dispuesta para el llanto.
Texto Juan Luis Mora
Fotografía Ruben Redondo
Hola, soy Rogelio el ciego, secretario primero de mi amo José Ángel. En este enlace https://jaordiz.wordpress.com/2016/04/24/libertad-5/
hay un reconocimiento para este blog.
Ahora debo irme, buenos días si es de día y buenas noches si es de noche.
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Rogelio, Qué alegría encontrarte de nuevo entre mis letras… Dile a tu jefe que agradezco inmensamente la atención que me presta que, en parte, supongo que es gracias a tu criterio. A pesar de que a mí estas cosas me superan, estoy preparando una entrada de agradecimiento y nominación que saldrá con tu nombre «Rogelio». Un abrazo muy especial (a tu jefe).
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¡Seré inmortal, gracias señora! ¡Al fin justicia para un ciego! Porque mi jefe no sería lo que es, casi nada, sin mí. Nada sería sin mí, señora. Reciba usted este abrazo…
—Hacia allí, Rogelio, ponte en esa dirección si quieres que tu abrazo llegue a buen puerto.
—¿Estoy mejor situado ahora?
—Sí. Hala, abraza.
—Mi abrazo, señora.
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Un placer…! No, perdón; Dos placeres…!!!
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Preciosa Mº Jesús. 🙂
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