
Dibujo Norah Borges
Hasta hace un rato, mientras sonaba una de las Cantigas de Alfonso X el Sabio (1), pensé que no estaría mal haber sido un monje de la Edad Media, un monje, no sé, un tanto rebelde, copiando a hurtadillas libros eróticos y no pesados textos bíblicos.
O haber sido Turlough O´Kane, y componer algo para que lo tocasen así, tres siglos después, y alguien soñara haber sido yo como yo sueño haber sido él.
También hubiese resultado divertido
ser Carlo Gesualdo (2), príncipe de Venosa, y qué vamos a decir de Cellini (3), eso sí que fue una vida. Aunque hoy, no sé por qué, estoy hasta contento de no haber sido ellos y ser yo, y estar aquí, escuchando La sola Grazia, y tener este instante y los amigos, y la noche,
y tus ojos…
Texto Martín López Vega
(1) Las Cantigas —o Cántigas— de Santa María de Alfonso X el Sabio constituyen el cancionero religioso medieval de la literatura en galaico-portugués, frente al profano que estaría constituido por las cantigas de amigo, de amor y de escarnio.
(2) Carlo Gesualdo, príncipe de Venosa y conde de Conza (Venosa, Basilicata, 8 de marzo de 1566-Avellino, Campania, 8 de septiembre de 1613) fue un compositor italiano, una de las figuras más significativas del Renacimiento.
(3) Benvenuto Cellini (Florencia, 3 de noviembre de 1500 – 13 de febrero de 1571) fue un escultor, orfebre y escritor florentino. Se convirtió en uno de los orfebres más importantes del Renacimiento italiano y realizó monedas labradas, joyas, floreros y adornos exquisitos.