El mar nos trajo su invitación irrevocable,
de indescifrable sueño.
Como una perla hurtada al silencio absoluto
toco tu mano efímera. Perdida en el albor.
Acaso no es el amor la espuma venidera?
el falso mapa en el atardecer de las palabras?
La costa está deshabitada. Salina de deseo
su esplendor nos advierte en las pupilas y
temblamos como náufragos. Lloramos
la seda salvaje de su tacto mientras cae la noche.
Texto María Navarro
Fotografía @mjberistain