Tu delirio me llega gota a gota
con la intermitencia de una lluvia de verano.
Eres música de agua
y tus besos son rocío
en la piel estremecida de mis ojos.
Eres como un suero que salva
del dulce precipicio a la locura.
Intuyo en tí
marejadas de madrugadas
ensortijada
en la escarcha de tu pelo;
volcanes
desbocados,
naufragios…
cuando arañas la piel
de las tormentas
y las lágrimas,
inesperadas,
me saben a azufre y azahar…
Y entonces no basta, como ahora,
con el sosiego de la ternura.
@mjberistain